Éxtasis deportivo y humano

Tres lucenses acompañaron a la selección española de balonmano en la final del Europeo ► «Son chavales normales y corrientes. Cuidan mucho la relación con el aficionado», aseguran

Los tres lucenses en el día de la final.EP
photo_camera Los tres lucenses en el día de la final.EP

LUGO. Se abre el telón. Aparecen en un coche un bombero, un trabajador de la estación de autobuses y un administrativo del Club Deportivo Lugo. Se cierra el telón. Pero no hay chiste. No hace falta, las risas y la alegría están aseguradas. Porque estos tres amigos -con permiso del arquitecto ausente, la cuarta pata de la mesa- regresan a casa con una sonrisa de oreja a oreja. Porque su tradición de acompañar a la selección española de balonmano se coronó en esta ocasión con una medalla de oro y una experiencia inolvidable.

«Fue brutal. Ahora mismo voy cansadísimo y sin voz, pero merece la pena totalmente. Es increíble», explica Jesús Ferreiro -el empleado de la estación de autobuses-. «Ha sido la mejor experiencia que hemos tenido para seguir a la selección. De largo. Además tuvimos el colofón de ganar», añade Marcos Martín. El administrativo. «El cansancio no importa, es secundario. Ahora llegas a casa, duermes y ya está», indica el bombero, Ángel Devesa.

Los tres amigos -más José María Alonso, el ausente- se conocen de jugar al balonmano en Lugo: «Jugábamos. Ahora ya no, tenemos una edad y nos hemos retirado. Pero seguimos jugando en los veteranos, en el Lucus», explica Martín.

«Llevamos desde el 2013 yendo a viajes de campeonatos de balonmano. Empezamos en el Mundial de España. Después fuimos a Dinamarca, al año siguiente fue en Catar y no fuimos y después tocaron Polonia, Francia y el Europeo de Croacia de este año», relatan.

EL DATO Fieles desde España 2013
Salvo el mundial de Catar, los amigos acudieron a todos los torneos desde el Mundial 2013

LA ANÉCDOTA Bandera de Corrales
La bandera de Galicia que llevaba Corrales se la cogió a este trío lucense

Los lucenses acudieron a ver el torneo desde las semifinales, aunque a punto estuvieron de no llegar: «Salimos el jueves y fuimos por carretera hasta Madrid. Allí volamos hasta Amsterdam, ya que no había directo a Zagreb. Pero llegamos sobre la bocina. Primero casi no pasamos en Madrid por la nieve. Después en Amsterdam casi cancelan el vuelo. Llegamos al pabellón menos de dos horas antes de que empezara el partido contra Francia», cuenta Martín.

Y menudo partido: «Jugábamos contra la campeona del Mundo y de los Juegos Olímpicos, con 15 partidos consecutivos ganados desde que Dinart se hizo cargo del banquillo... Y llegamos y les ganamos», asegura Jesús Ferreiro.

Al margen de la aventura del viaje de ida y el éxito deportivo, fue la humanidad de los campeones de Europa lo que más impresionó al trío lucense: «Es algo que no se puede expresar con palabras porque hay que vivirlo. Se abrazan a ti, te facilitan cualquier cosa que les pidas, te tratan como a un amigo, sacamos fotos con ellos, con el trofeo, nos dejaron las medallas y nos las pusimos... No puedes pedir más», relata Ferreiro.

«Y no solo los españoles. Todos los equipos. A los franceses les gritamos a alguno, se acercó Sorahindo, nos chocó la mano y se hizo unas fotos. Cuidan mucho la relación con el aficionado y eso que son la élite mundial», añade el aficionado lucense.

«Son unos chavales normales y corrientes. Chapó por todos. Y con Corrales -el guardameta de la selección natural de Cangas- el trato ya fue expecial al ser gallegos. Le gustó mucho ver la bandera de Galicia, de hecho, nos la cogió y salió en una entrevista en la televisión con ella puesta. La bandera gallega que llevaba Corrales era la que teníamos nosotros», cuenta con orgullo Marcos Martín.

El próximo gran evento será el mundial de Alemania y Dinamarca, que se disputará en enero del próximo año 2019: «El listón está muy alto, ya solo nos queda estar en el banquillo o en la zona de prensa. Pero tenemos por delante una negociación muy larga con nuestras mujeres, los niños... Lo más fácil son las entradas y el avión», asegura Martín.

Sea cual sea el resultado de las negociaciones, si el plan sale adelante volverá el cuarteto: «José ya dijo que al próximo volvía».

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