Estudiantes y maestros del parqué

ADE2612P69F1-1.JPG
photo_camera ADE2612P69F1-1.JPG

El salto intergeneracional apremia una etapa de transición. Con la mirada puesto en un futuro inminente y con el talento como distintivo, el Estudiantes clavó su mejor lanzamiento en una nueva pica en su escalada hacia el éxito. El conjunto júnior masculino subió al podio del Nacional de la categoría disputado en Zaragoza al finalizar en cuarto lugar. Un mate en la mismísima cara del destino.

El pabellón Príncipe Felipe fue testigo directo del milagro de la última generación de oro del baloncesto lucense. Una vez superado el bautismo de fuego competitivo la pasada temporada, la capital mañá vibró con el desparpajo de una «grupo de amigos que disfrutan con el baloncesto y jugando juntos cada vez que competimos», como matiza su capitán Adrián Chapela, campeón del Torneo de Mannheim, el campeonato del mundo oficioso sub 18, como miembro de la selección española. Precisamente uno de sus compañeros en el equipo nacional, Josep Pérez, liquidó el sueño adolescente del Joventut de Badalona en la final de la cita con una canasta triple al filo del tiempo. El base del FC Barcelona aglutinó el mayor índice de protagonismo en este campeonato desde el perímetro ante el el tesón bajo el aro de la nueva esperanza africana, Charles Nkoloulou, en un equipo, donde el porcentaje de lucenses es aplastante.

Consiga AQUÍ la información completa

Comentarios