La estrategia como remedio para paliar la sequía del ataque. El balón parado como medicina para el gol mientras los mecanismos ofensivos del ataque rojiblanco siguen su proceso de ensamblaje. El Lugo se agarra a su capacidad para finalizar acciones de ataque diseñadas para faltas, córners o saques de banda a la espera de que el caudal de oportunidades crezca de manera regular.
El actual Lugo de Munitis no ha destacado por ser un equipo que busque la portería rival por delante de tapar la propia. Salvo el duelo inicial, frente al Teruel, donde dominó el partido en base al balón, el ataque no fue el principal arma para puntuar en el resto de duelos, ni ante el Deportivo, ni Ponferradina en el Ángel Carro, ni frente a Fuenlabrada o Real Sociedad B a domicilio.
La plantilla y el entrenador manejan la misma explicación: conjuntar al equipo en ataque es más complicado que hacerlo en defensa.
"Los automatismos de ataque requieren más tiempo y son más complejos, sobre todo para que las combinaciones salgan de manera natural", aseguraba el delantero Adrián Fuentes. "Tardará un poco más en verse en el campo pero acabará llegando", recalcaba el "nueve" rojiblanco.
"El atacar tiene más variantes que el defender y por eso los mecanismos defensivos son más sencillos de cuajar. También el equipo ha tardado más en formarse en posiciones delanteras que traseras y esto es un añadido más a las dificultades que te puedes encontrar", valoró por su parte el entrenador, Pedro Munitis.
Mientras el ataque no se conjunta para contar con un mayor número de llegadas al área, disparos a puerta y ocasiones de peligro, la estrategia ha sido una fuente clave para llegar al gol.
De los tres tantos que el Lugo ha anotado hasta el momento -solo Cultural Leonesa, Fuenlabrada, Tarazona y Sestao River han marcado menos-, dos fueron gracias al balón parado.
Un córner botado por Javi Vázquez, rematado de volea por Aguza y que fue empujado de tacón por Willy Ledesma ante el Teruel se convirtió en el primer tanto rojiblanco en la Primera RFEF.
Aquella diana suponía el momentáneo empate ante los aragoneses, que luego fue completado por un disparo de Aguza desde fuera del área en una jugada de fútbol directo.
El saque de banda de Morgado y cabeceado con pillería por Antoñín en el segundo palo ante la Real Sociedad B fue el segundo gol de los lucenses de estrategia y el tercero en total.
También trabaja el balón parado defensivo el cuadro rojiblanco. La zaga es la base para el fútbol proyectado por Munitis y evitar que los rivales anoten mediante jugadas de estrategia es uno de los objetivos del trabajo diario del cántabro.
El Lugo ha sufrido cinco goles en contra en lo que va de competición. Dos de ellos fueron a balón parado: el 0-3 del Deportivo -obra de José Ángel al empalar una falta desde la derecha- y el córner rematado por Azkune en Zubieta ante la Real Sociedad B.
Los contragolpes han sido el principal problema defensivo para el Lugo.