Diego Vallejo, sobre el rallye Dakar: "Es una experiencia perfecta"

El lucense Diego Vallejo, feliz y aliviado tras completar con éxito su segunda participación en el extremo rallye Dakar ► El copiloto formó equipo con Rubén Gracia y juntos alcanzaron el segundo puesto en la categoría T3 de coches

Diego Vallejo acaba de vivir su segunda aventura en el rallye Dakar. Lo hizo con Mitsubishi y formando pareja como copiloto con Rubén Gracia. El resultado fue más que positivo. Acabaron la prueba y lo hicieron además en el puesto número 41 de la general -fueron segundos en la categoría de T3-, pero ante todo lo que quedan son experiencias que contar y momentos para el recuerdo.

"Fue una experiencia perfecta. Todo salió mejor de lo esperado, sabes que el Dakar siempre te depara muchas sorpresas. Es la carrera mas dura del mundo. Tienes que hacer una preparación física muy buena, pero quizá sea más importante la preparación psicológica porque son muchos días y si piensas en lo que te falta, te vienes abajo. Es como un maratón. Hay que ir día a día y en esta ocasión ayudé también al piloto en la preparación. Al final llegas a un punto en el que creo que si dura una semana más también habría aguantado", señala Diego Vallejo.

Tras quince días de prueba, el copiloto recuerda también, como es lógico, cuál fue el mejor y el peor momento que pasó en este Dakar 2016. "El peor momento fue cuando sufrimos una avería. Fue el penúltimo día. Rompimos una pieza de la suspensión y hubo un momento en que pensamos que lo no podíamos arreglar. Físicamente fue también muy dura una etapa en la que llegamos a los 4.600 metros de altitud. Ahí arriba todo cuesta mucho más, incluso el coche parece con menos potencia", recuerda Vallejo, para quien también hubo instantes que se quedarán para siempre en la retina y en la memoria. "El mejor momento fue la salida porque es un momento muy especial, ya que estás ante el gran reto al que te enfrentas. Hacía muchísimo calor. Pasamos muchas horas esperando para salir, había una cola de participantes importante y vi allí a familiares después de años que llevaba sin verlos", comenta.

Preparación "Tienes que hacer una preparación física muy buena, pero quizá sea más importante la preparación psicológica"

Relación con el piloto "O no te hablas nunca más en la vida o vuelves como amigos para siempre. Nosotros lo llevamos muy bien"

Una cita diferente "El Dakar no es una aventura para montarse así, sin experiencia"

Lo que sí tiene claro Diego Vallejo es que el Dakar es una prueba en la que sobreviven los más fuertes, una verdadera prueba de supervivencia. "El Dakar es una carrera por eliminación. Aguantan los más duros, los que resisten las etapas que psicológicamente se hacen duras, esas en las que ves que tocas la meta en un tramo y de repente te metes una dificultad que te deja muerto. Además, es llegar, dormir poco y volver a salir a una nueva etapa", relata.

El Dakar también tiene ese punto de ayuda y solidaridad entre los pilotos porque adversidades y problemas los hay para todos. "Es una carrera solidaria, en los puestos de cabeza menos porque se están jugando la carrera, pero es bastante solidaria para atender a compañeros. La seguridad tiene que estar por delante del resultado. También es verdad que a veces no paras a ayudar porque eres tú el que necesita ayuda. Es una prueba en la que compartes mucho más que en un rallye normal, hay mucho tiempo y puedes compartir y hablar con todos. Por jemplo, estuve hablando con Peterhansel, con Loeb, son gente muy maja", explica.

Precisamente, uno de los aspectos más curiosos del Dakar tiene que ver con la relación que se establece entre piloto y copiloto, tantas horas juntos en plena competición. En el caso de Diego Vallejo y Rubén Gracia todo fue sobre ruedas. "Dos temporadas con Sergio Vallejo las condensas en quince días con Rubén Gracia. O no te hablas nunca más en la vida o vuelves con un amigo para siempre; y con Rubén Gracia seré amigo para siempre, mejor incluso de lo esperado. Siempre hay momentos de presión porque pasas mucho calor, presión y tienes cansancio acumulado, pero lo llevamos muy bien", indica.

El copiloto lucense se siente orgulloso del rendimiento ofrecido e incluso recuerda alguna anécdota. "Las etapas de navegación, que eran las más difíciles, fueron las que mejor resultado conseguimos y estoy realmente satisfecho por ello. Este año nos llamó mucho la atención cuando íbamos por el desierto y de repente vimos una moto tirada por unos caballos. Eran los aficionados los que la estaban sacando de las dunas. Yo nunca vi algo igual", reconoce.

PREPARACIÓN. El Dakar es una prueba que no hay que tomarse a la ligera y exige una preparación previa, algo que ya promueve la propia organización. "No es una aventura para montarse así, sin experiencia, y se demostró este año con una participante china que tenía muy poca y el primer día se salió de la pista e hirió a varios aficionados. Hay que tener una experiencia previa. Aquí no aceptan a cualquiera, eso para empezar. Se recomienda correr antes pruebas nacionales y otro tipo de competiciones. La gente que va menos preparada es la primera en caer. El primer día o el segundo ves mucha gente tirada", explica el lucense.

Diego Vallejo reconoce que, en materia de seguridad, no tuvo nunca sensación de estar en peligro. "Estamos seguros, llevamos un GPS de seguridad (por si hay algún percance) que salta enseguida. Nos llaman y si no pueden volar los helicópteros suspenden la etapa. En los primeros campamentos nos juntamos mucha gente y eso multiplica el riesgo. Es peligroso, pero hay que afrontarlo con calma. Yo no tuve la sensación de ponerme en peligro", señala.

Una experiencia como el Dakar deja también ver escenarios majestuosos y conocer gente. "Llevamos mucha riqueza a los sitios y los damos a conocer. Recomiendo a todo el mundo que visite estos países, la gente es muy amable, entregada y realmente agradecida. Las rectas son impresionantes. De hecho pasamos una de 60 kilómetros, lógicamente con algún cambio de rasante; pero está claro que los paisajes son impresionantes y esas cosas son las que te enganchan", comenta.

Vallejo se muestra feliz por haber corrido el Dakar en dos ocasiones con un coche, pero tiene claro que nunca haría la competición con una moto. Situaciones como el polvo o el clima hacen que el lucense considere como superhombres a todos aquellos que compiten con motos. "Los moteros están hechos de otra pasta, son superhombres. Yo sí que tengo claro que nunca haré un Dakar en moto, esos pilotos están hechos de otra pasta", insiste.

Para terminar, el lucense acaba con una reflexión sobre lo que sintió cuando atravesó la línea de meta y fue consciente de que la aventura y experiencia se habían terminado. "Sobre la llegada puedo decir que fueron los 180 kilómetros más largos de mi vida. Además llovía y había zonas de lama, se me hizo eterna esa última etapa", reflexiona.

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