Los árbitros asfixian al Breogán

Muy difícil se le ha puesto la eliminatoria al Leche Río Breogán, obligado a ganar los tres próximos partidos de la serie ante el ViveMenorca después de perder este domingo 2 de mayo (63-61) de forma cruel, injusta y polémica el segundo encuentro, disputado como el primero en Mahón. Dos tiros libres convertidos por Cuthbert Victor con el crono a cero después de una falta personal de Betinho cometida ya fuera de tiempo incluso el tablero del aro del Menorca estaba iluminado, señal inequívoca de que el encuentro había concluido, decidieron un partido que resultó igualado y en el que el Breogán hizo méritos para haber ganado.

El equipo lucense, que casi siempre mandó en el marcador, aunque con ventajas escasas, tuvo en su poder el último balón del partido. Una canasta podía suponer la victoria de los lucenses, que soñaban con llegar el miércoles al Pazo dos Deportes con la eliminatoria igualada. Sin embargo, el conjunto lucense no consiguió canasta. Ya fuera de tiempo Betinho luchaba por el rebote con Cuthbert Victor y cometió falta. En medio de la confusión general, los árbitros señalaron la infracción cuando el público mahonés se preparaba para vivir una prórroga que se presumía, como todo el encuentro, agónica. No existió. Los árbitros decidieron que fuera así en una decisión absolutamente injusta. Si están en la cancha para que la justicia se imponga, malamente lo consiguieron.


Ahora sólo queda el consuelo de lo que pudo haber sido y, desgraciadamente, no será, de la enorme diferencia de regresar a Lugo con un empate a hacerlo con un dos a cero casi definitivo.  En un partido con los nervios a flor de piel y con una enorme tensión, se llegó al final referido, lleno de sobresaltos y de desafíos, que acabó, ya terminado el partido, con la lamentable agresión del ex breoganista Diego Ciorciari al delegado del equipo lucense, Fran de Andrés. Parecía por momentos que se trataba del quinto y definitivo partido y que del desenlace del mismo salía el nuevo equipo ACB. Con Ciorciari llueve sobre mojado. Cada vez que se enfrenta al Breogán hay lío. Sus virtudes como jugador quedan absolutamente sepultadas por su carácter pendenciero. Lamentable una vez más el argentino, que ya con la camiseta del Melilla protagonizó algún que otro sonoro altercado que es mejor no recordar.

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