En la cumbre de la osadía

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La cordillera del Himalaya. El asesino blanco. Su disfraz inmaculado perturba la mente de los audaces. Por selección natural. Por dedicación. Por perseverancia o simplemente por convertirse en pioneros de lo inexplorado. Para este grupo de elegidos la vida es perecedera, la gloria eterna. La montañera lucense Elena Parga, junto a su compañero Jordi Corominas, entraron en la historia contemporánea de la escalada en condiciones extremas después de abrir una nueva vía de acceso en estilo alpino al Cho Polu, un monte de 6.695 metros de altura situado en pleno corazón de Nepal y que hasta ese momento únicamente contaba con dos ascensiones previas, aunque ninguna de ellas por la cara suroeste. Semejante osadía obtuvo su justo premio. Elena Parga y Jordi Corominas fueron preseleccionados como candidatos al galardón más prestigioso en el mundo del alpinismo, el Piolet d’Or, cuyo fallo se conocerá en mayo.

Un reto rondaba la cabeza de ambos himalayistas desde hacía dos años. «En el año 2010 participamos en distintas expediciones en Nepal, y ambas en el Valle del Khumbu, que es el que conduce al Everest. Jordi pretendía escalar la cara sur del Lhotse (de 8.516 metros, al lado del Everest) en estilo alpino y yo el Ama Dablam (6.812 metros) por la arista sureste, que es la considerada ruta clásica. La cara sur del Lhotse no estaba en condiciones óptimas para ser escalada. Jordi, desde su campo base, veía un par de montes con paredes interesantes para ascender», señala Elena Parga, de 39 años.

Pero la meteorología les concedió un respiro. «Decidimos intentar el Cho Polu y aprovechar una ventana de buen tiempo de pocos días que se acercaba. En este caso, la logística no fue la adecuada, ya que pensábamos subir en dos días y el mal tiempo apareció antes de lo previsto», explica la alpinista afincada en el valle de Benasque desde el año 2002.

La esencia del alpinismo

El alpinismo del genio gruñón Reinhold Messner o del recientemente fallecido Walter Bonatti recobra el protagonismo perdido en cada ascensión de esta pareja. «La esencia del alpinismo es la exploración. Una montaña como el Cho Polu, que cuenta con solo tres ascensiones, y una pared que todavía no había sido escalada, se convierte en un reto deseable para cualquier alpinista. Otra de las piezas clave es el estilo de la escalada, sin cuerdas fijas, sin seguros emplazados y sin porteadores de altura; lo que hacía la actividad realmente interesante», explica.

Elena Parga se quedó a 295 metros de hollar el Cho Polu. Su pareja sí conquistó el pico. «Jordi llegó a la cima a 6.695 metros, pero yo me quedé en el collado a 6.400. Había mucha nieve sin transformar, muy suelta. Cuando llegamos al collado coincidimos en que la única manera de hollar y descender con seguridad al punto donde habíamos dejado los sacos y la comida era desencordarse e ir lo más rápido posible. No estoy acostumbrada a progresar sin cuerda e iba lenta. Jordi sugirió volver a por las cuerdas pero de hacerlo, perderíamos la oportunidad de hollar. Así que decidí volver y esperar allí su regreso para comenzar el descenso», recuerda.

GRAN DISTINCIÓN
El Piolet d’Or es el Óscar de la escalada clásica

La apertura de una nueva vía de ascensión al monte Cho Polu por parte de Elena Parga y Jordi Corominas trascendió internacionalmente con la inclusión de ambos como precandidatos en los premios más prestigiosos del planeta en montañismo: el Piolet d’Or. «Es una satisfacción. La esencia de este galardón, es el alpinismo clásico, el estilo más puro, el alpinismo de exploración, la progresión sin seguros emplazados, sin porteadores, Este es el verdadero alpinismo, el de los grandes. El de leyendas como Bonatti, Mesner o Kurtyka», manifiesta Elena Parga.

Investigación

La alpinista lucense trabajaba hasta hace un año para « un departamento del CSIC, el Centro de Investigación de Alta Montaña que está situado en Vielha (Lleida); una unidad de limnología que se dedica al estudio de las aguas continentales». «En el camino como montañero aprendes, o te defines, y no hace falta tener un gran nivel. Puedes, dentro de tus posibilidades, definir tu estilo. La evolución de un alpinista está en todo aquello que marca el espíritu del Piolet D’or», explica Elena Parga desde la sede de su propia empresa, PiriNature, una consultoría ambiental en la localidad de Sahún, en pleno valle de Benasque (Huesca). Mientras, sueña con su próxima expedición a la Patagonia en el mes de diciembre.

Primeros pasos

Como los mejores montañeros lucenses la relación de Elena Parga con la montaña nació en uno de los paraísos de la provincia. En Os Ancares, en los caminos que llevan a los picos de Tres Bispos, Mustallar, Cuiña o Miravalles. «Empecé a caminar por Os Ancares, luego hice un curso de escalada deportiva y junto con mi hermano Totó y algunos amigos de Lugo salíamos cuando podíamos a distintas escuelas de escalada ; más tarde probé la escalada clásica, más tradicional. La primera vía que completé fue en el Naranjo de Bulnes, en los Picos de Europa, con mi amigo Koko. Este tipo de actividad, más alpina, me enganchó», dice.

Tanto que ahora mismo se puede decir que vive al pie del cañón. «Ahora mi domicilio está en el Pirineo, muy cerca de mi casa están lugares tan emblemáticos como el Aneto, el Maladetas o el Aigüestortes», concluye la deportista lucense.

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