Ellas dan el golpe

De izquierda a derecha: Esther, Janire, Marta, Natalia y Esther, chutan el balón uniformadas en el campo de A Cheda (Foto: Xesús Ponte)
photo_camera De izquierda a derecha: Esther, Janire, Marta, Natalia y Esther, chutan el balón uniformadas en el campo de A Cheda (Foto: Xesús Ponte)

Componen el répoker de ases del fúbol femenino lucense en categorías inferiores. Sus aptitudes nada tienen que envidiar a la de sus compañeros del género opuesto. Son delanteras, defensas o centrocampistas llegadas para abanderar la generación más prometedora del fútbol femenino. Marta, de 9 años, ocupa la demarcación de extremo en el Franciscanos, líder de la Liga benjamín. Con 14 goles a su espalda compagina el fútbol 7 con la modalidad de sala, donde con el cuadro de sus colegio están «a 3 partidos para clasificarnos para el Torneo Liceo. Sólo van los dos primeros», afirma la habilidosa pupila de Suso Vázquez que contabiliza su tercer temporada en el conjunto rojo.

Natalia, con 11 años, es un diamante en bruto del Milagrosa. Todavía no ha debutado en el conjunto del populoso barrio. «No puedo jugar este año por la edad, pero mi entrenador Fernando me ha dicho que la próxima temporada tendré una ficha con el equipo de Segunda Autonómica», reconoce orgullosa esta extrema diestra que también militó en el Emevé alevín la pasada campaña aunque afirma que «me gusta más el fútbol, corro más, pero también quiero volver al voleibol el próximo año. Lo tuve que dejar porque no podía seguir el ritmo de los dos deportes a la vez». Natalia es una fiel admiradora de Messi y culé reconocida. «Me encantaría parecerme todo lo que pueda a él. También soy muy rápida, aunque de momento me cuesta seguir a mis compañeras», dice la atacante quien admite con cierta timidez que «Fernando es muy buen entrenador, aunque se enfada si te explicas las cosas varias veces y no las entiendes», concluye.

Dúo del Residencia

Esther y Ana forman el dúo dinámico del equipo cadete del Residencia. La primera es la central titular del cuadro provincial y destaca por su colocación y su buena circulación de balón, mientras que la segunda ha tomado como propio el interior derecho y advierte que «el año pasado sí cumplimos los objetivos marcados aunque este todavía nos falta algo para dar la talla», corta tajante la atacante blanquiazul quién pertenece a la disciplina del Residencia desde categoría alevín.

Ahora, con 15 años, afronta su última temporada en el Residencia y todavía duda en cambiar las botas por los tacones puesto que la Federación únicamente permite los equipos mixtos hasta edad cadete. «Cuesta mucho irse del Residencia porque llevo aquí toda la vida, todavía no tengo decidido lo que voy a hacer». Ana, de 15 años, es una más entre sus colegas del cadete provincial. «Lo mejor es lo bien que me llevo con todos mis compañeros del club. Sólo tengo algún problema con los rivales. Es una pena que tengamos que vivir en una sociedad tan machista», ataja sin tapujos la futbolista que tiene a su padre, jugador del Residencia veterano, como uno de los referentes que la llevó a calzarse los tacos.

Esther, con 14 años, es una de las defensas centrales más respetadas del campeonato. Sobre su posición en el campo dice que «no es especial, es un puesto como otro cualquiera. Me considero una jugadora que siempre pelea. soy guerrera. Juego al fútbol porque me gusta divertirme, que es lo principal». Esther ha recibido cantos de sirena de varias clubes cuando su etapa en el equipo de A Cheda finalice. «Me han llamado del Concello de Friol, para jugar en un año, pero todavía no he tomado la decisión», concluye.

Janire, de 13 años, es otro talento del San Roque. Es titular indiscutible como central en el infantil, donde es la voz cantante que todos obedecen, y destaca como lateral derecho en cadetes. Es la mariscal de campo. «Comencé porque mi hermano jugaba y me contagió las ganas. Llevamos una temporada muy irrregular porque perdimos muchos partidos fáciles que podíamos haber ganado», advierte.

Comentarios