Cuando se habla del deporte todas las partes implicadas suelen recurrir, al margen de las habituales frases hechas, a aseveraciones con aires de sentencia que, dependiendo de la situación de la parte interesada, se pueden utilizar de una manera u otra. Un ejemplo palpable es cómo puede afrontar el Cafés Candelas Breogán el encuentro de este viernes (20.45, Pazo dos Deportes de Lugo) ante el Barcelona B.
El equipo lucense lo hace después de encajar dos derrotas consecutiva que redujeron su ventaja en la clasificación con respecto a sus más inmediatos seguidores. La pregunta es cómo han afectado esos resultados negativos al equipo lucense y si anímicamente podrían afectarle en el encuentro de hoy. Hasta Natxo Lezkano planteó una cierta duda al respecto.
Pero resulta que en el duelo de la primera vuelta la situación era totalmente la contraria. El conjunto lucense visitaba al Barcelona B después de ganar en la cancha de Palencia y de superar con claridad al Manresa. Por entonces la duda residía en si el conjunto breoganista, después de dos resultados tan brillantes, acudiría a su cita con el filial azulgrana con la relajación que muchas veces se produce tras un período de tensión superado de forma positiva.
El caso es que en el discurso previo a un encuentro siempre se pueden buscar posibles complicaciones. También es cierto que la trayectoria de un grupo tiene que estar forzosamente marcada a lo largo de una temporada por altibajos que, desde luego, forman parte del juego, de la preparación de un equipo y que son necesarios, cuando se habla de ciertos objetivos, saber superar.
Lo que realmente marca los partidos, salvo situaciones ajenas muy especiales, es el potencial de la plantilla, el trabajo, el acierto y la actitud. Y en el caso de hoy, el encuentro entre el líder de la competición y un equipo que lucha por la permanencia el primer gran punto diferencial está en la calidad, experiencia y hasta en las expectativas del conjunto local. Es decir, no se pueden buscar situaciones marginales al juego que resten la clara condición de favorito del Cafés Candelas Breogán.
Esto no implica que el Barcelona B tenga que presentarse como víctima propiciatoria. Los de Julbe, desde luego, intentarán sacar lo mejor de sí mismos para protagonizar la sorpresa. Calidad no les falta, pero en la mayoría de sus jugadores es una virtud que a nivel profesional todavía tienen que encauzar. Como también tienen que aprender a utilizar su gran potencial físico. Lo hacen, por ejemplo, siendo el mejor equipo en el rebote, pero aún no le sacan partido cuando hay que endurecer el juego. El Barcelona B es el tercer equipo que más puntos encaja y también el que menos faltas personales comete.
En ataque quiere ser un equipo rápido y lo consigue, de hecho lleva casi tantos tiros de campo como el Breogán. A veces esa velocidad, y esto no es exclusivo de los jóvenes, se convierte en precipitación y por lo tanto en posesiones desperdiciadas o tiros precipitados. Por eso, uno de los grandes hándicaps de los de Alfred Julbe está en que es el equipo con peor porcentaje en tiros de campo.
El Breogán tiene todos los triunfos en su mano. Ahora solo queda que los sepa jugar adecuadamente, porque el encuentro de hoy es propicio para recuperar el camino de la victoria y restar una jornada a la Liga manteniendo la distancia en lo más alto de la tabla con Manresa y Prat.
La intensidad defensiva, en los últimos partidos los rivales anotaron con porcentajes más altos de los habituales, es el primer aspecto a recuperar. Igualar al menos la capacidad reboteadora del rival y recuperar el acierto son los otros objetivos del Breogán hoy.
