El oro en Río de Janeiro se forja en Lugo

Gómez Noya supo su elección como premio Princesa de Asturias mientras se entrenaba en la piscina del Fluvial. El triatleta afronta en la capital dos meses de trabajo intenso para los Juegos
Javier Gómez Noya, en pleno entrenamiento en la pista de atletismo del estadio Pérez Rivera
photo_camera Javier Gómez Noya, en pleno entrenamiento en la pista de atletismo del estadio Pérez Rivera

"Es un jurado que tiene que decidir de una forma un tanto subjetiva porque es muy difícil comparar deportistas de disciplinas y deportes diferentes. Yo me dedico a lo mío, que es entrenarme y competir, aunque por supuesto que cualquier premio siempre es muy bien recibido y me siento muy bien valorado por la gente, las instituciones y los medios de comunicación. Lo más bonito es salir a correr y que la gente me anime o me reconozca, que sepa quién soy, que me deseen suerte para los Juegos o para el resto de competiciones e incluso que te venga un chaval y que te diga que empezó a hacer triatlón porque te vio en la televisión. Eso es lo más bonito que te pueden decir, más que cualquier premio". Así se expresaba Javier Gómez Noya en una entrevista con este periódico que se desarrolló muy poco antes de que saltase la noticia de que había ganado el premio Princesa de Asturias de los Deportes.

Fue el pasado martes por la noche y a Gómez Noya le tocaba descansar después de una larga e intensa jornada de entrenamientos, una de las muchas que le quedan al triatleta gallego en las próximas semanas en Lugo. Todo apuntaba a que el día de ayer no habría ninguna noticia significativa más allá de los tiempos marcados en las series en la piscina del Club Fluvial o de los kilómetros sumados por el paseo del Rato, el parque del Miño o las inmediaciones del Pazo dos Deportes. Pero todo cambió en pleno trabajo en la piscina: Gómez Noya era el premio Princesa de Asturias de los Deportes 2016.

En segundos la noticia era un secreto a voces en el Club Fluvial, y también lo sabía Gómez Noya. "Estábamos empezando la segunda sesión de entrenamiento del día y le di la enhorabuena, pero evidentemente estaba concentrado en su trabajo y durante el día hay momentos para todo. Claro que nos interrumpió la sesión de trabajo. Luego le dije: prepárate para el día que te viene", comentaba este miércoles el entrenador de Javier Gómez Noya, el lucense Carlos David Prieto.

Y es que Lugo va a tener un marcado protagonismo en la última fase de preparación de Noya para los Juegos Olímpicos. Desde hace unos días y hasta finales de julio será relativamente fácil encontrarse a Gómez Noya en la capital lucense. Puede ser en la piscina del Fluvial, en las pistas del estadio Pérez Rivera, por el paseo del Rato, el parque del Miño, A Fervenza o Conturiz.

Javier Gómez Noya conoce perfectamente la ciudad y está encantado con todas las posibilidades que le ofrece para preparar la prueba de Río de Janeiro, especialmente el segmento de la carrera a pie, que se antoja una vez más determinante para definir el podio y las posibilidades de cada cual. "En Lugo están muy bien las zonas para correr, hay muchos caminos, zonas de tierra y muchas pistas para entrenar; también hay de eso en Pontevedra (donde reside), pero cuando estás mucho tiempo en un sitio también te apetece cambiar", admite Javier Gómez Noya.

El ferrolano no estará solo en Lugo. Pronto llegará su equipo de trabajo, triatletas como Pablo Dapena o Iván Raña y también el atleta especialista en la distancia de 1.500 metros Víctor Riobó. A ellos habrá que sumar a dos triatletas mexicanos. Todo el trabajo contará con la supervisión de Carlos David Prieto y con el ánimo de su pareja, una joven triatleta neozelandesa.

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