El Mirandés y el Lugo empataron a uno en un partido que comenzó ganando el conjunto gallego, que empató en la segunda parte el equipo local y que al final pudo acabar ganando cualquiera.
El choque se puso pronto de cara para los intereses lucenses. Tras unos primeros minutos de tanteo, en los que Fran Carnicer pudo adelantar al Mirandés con un disparo a bocajarro dentro del área que se marchó muy desviado, Igor Martínez encarriló el partido.
En el minuto 7, el exdelantero rojillo aprovechaba un gran balón servido desde la banda por el también exrojillo Iriome para batir con comodidad a Raúl.
Lejos de venirse abajo, el Mirandés a punto estuvo de empatar hasta en dos ocasiones. Primero fue Lago Junior el que probó fortuna con un disparo seco desde la frontal bien rechazado por José Juan. Apenas tres minutos después era Álex García el que enviaba un balón al palo tras una buena jugada por la banda derecha.
Esos fueron los mejores minutos del Mirandés, que consiguió imponer su ritmo, pero sin pólvora arriba. Todo lo contrario que el Lugo, que apenas necesitaba de la velocidad por bandas de Igor Martínez e Iriome para crear peligro.
En el 22, el Mirandés volvía a desaprovechar una gran ocasión tras una recuperación de Álex García dentro del área que no encontró compañero en el remate.
Esa falta de pegada permitió al Lugo marcharse al descanso por delante en el marcador y con la sensación de poder sentenciar el choque en cualquier contragolpe.
Tras el paso por vestuarios, Terrazas decidió cambiar su propuesta y dio entrada a Abdón Prats en punta y Salinas de enganche. Y la apuesta le salió bien. Apenas un minuto después de regresar al campo, José Juan tuvo que estirarse para desviar un remate de cabeza de Lago.
Poco pudo hacer el cancerbero gallego minutos después ante otro gran remate de cabeza del delantero costamarfileño, que ponía el empate en el marcador.
A partir de ese momento, el Mirandés volvió a hacerse con el control absoluto del choque, que se comenzó a jugar exclusivamente en campo del Lugo. Los hombres de Milla lo intentaban, pero apenas podían superar la primera línea de presión rojilla. Solo Campillo, con un gran disparo desde la frontal que se fue fuera por poco, inquietó la portería del Raúl Fernández.
Sin embargo, el Mirandés no supo sacar provecho de su superioridad y el partido embocó una recta final frenética, con alternativas para ambos y mucha verticalidad.
De hecho, el choque pudo decantarse para cualquiera de los dos equipos en los diez últimos minutos, en los que el Lugo disfrutó de todas las ocasiones que no había tenido en toda la segunda parte. Eso sí, ni Iriome, ni Ferreiro ni Joselu fueron capaces de cambiar ya el signo del choque.
