Sumó el Lugo un punto ayer en su visita al campo coruñés de Elviña ante el Montañeros, pero pudieron ser los tres o también pudo volverse de vacío. Porque el derbi gallego de ayer entre el Montañeros y el equipo lucense, sin deparar un gran espectáculo futbolístico, sí tuvo todo los elementos para que la emoción propia del fútbol se mantuviera hasta el pitido final. El equipo rojiblanco falló un penalti, encajó el 2-1 cuando jugaba en una superioridad numérica que no supo aprovechar en los más de 30 minutos en que la tuvo y casi todo el graderío vio gol en la última jugada del partido en un lanzamiento de Carlos Pita en el que el efecto óptico jugó una mala pasada a los muchos aficionados lucenses que se desplazaron hasta A Coruña. Pareció gol, pero no lo fue y el Lugo se volvió con sólo un punto en la mochila.
Penalti fallado
El primer tiempo, aunque bastante parejo, lo administró mejor el Lugo, que abrió el abanico de ocasiones con un cabezazo de Iván González que atajó Manu Taranilla, meta del Montañeros. Después de un par de avisos de Iago Iglesias y un tiro ajustado de Rubén Rivera, el conjunto lucense parecía tener el encuentro dominado y donde más le convenía. Una mano en el área de Raúl Lozano, que pocos advirtieron desde la grada, supuso una pena máxima que Cristóbal mandó a las nubes. Corría el minuto 23 y el equipo rojiblanco pareció acusar en exceso el fallo del lateral en la pena máxima.
Iago Iglesias y Carlos Pita, dos ex deportivistas, se repartieron en cada bando el protagonismo en el lanzamiento de las faltas. Ambos tuvieron varias opciones de marcar, pero ninguno lo logró en esa faceta.
El Lugo, que impuso su poderío en el centro del campo, apenas tuvo llegada en acciones combinadas. Los errores en el último pase o en la dirección de los centros le impidieron tener más presencia ante Manu Taranilla. Sin embargo, en las postrimerías del primer tiempo, Azkorra aprovechó un balón suelto en el área, tras un golpeo de Iván Gonzalez, para subir el
0-1 al marcador. El gol dio paso a dos claras ocasiones, una de Gonzalo en la que se lució Escalona y otra del propio Gorka Azkorra que sacó el meta del equipo local con un pie.
Penalti y luego roja
Una mano absurda de Pablo Ruiz, que se desequilibró al saltar, dio origen a la acción del penalti en la que Iago Iglesias marcó el 1-1 desde los once metros. Poco después, el Montañeros se quedaba con un hombre menos al ver Raúl Lozano la segunda tarjeta por una falta sobre Azkorra, que se iba como un cohete hacia Taranilla.
Todo parecía bien encauzado para que el Lugo pudiera irse por los tres puntos, pero mientras Quique Setién, ubicado en la grada, daba instrucciones a Yago para que entrara al terreno de juego, Cristóbal midió mal un bote en un envío por su banda, Pablo Ruiz hizo un mal apoyo y quedó lesionado cuando iba a realizar la cobertura y Herbert aprovechó el infortunio lucense para encarar a Escalona y batirle por bajo.
Poco duró la alegría local. Azkorra, que junto con Iago Iglesias fue el mejor del encuentro, remató en el aire con el pie un buen servicio desde la izquierda de Manu tras una jugada elaborada a la salida de un córner.
Al Lugo le faltó calma para desarmar la zaga local. La ansiedad le pudo a los futbolistas de Setién, excesivamente presurosos en los últimos pases. Tuvo tres llegadas de entidad, la más clara en un trallazo de Yago que hizo volar a Taranilla, pero no fue capaz de meter el miedo en el cuerpo a los hombres de Abraham García, que dispusieron de una buena opción para ganar, en el minuto 83, en un pase genial de Iago que dejó solo a Rubén Rivera ante Escalona. Su tiro a media altura lo despejó el meta del cuadro rojiblanco.
Quedaba tiempo para el suspense. Una falta en la frontal del área botada por Pita en el minuto 94 supuso decepción y alivio para los aficionados de ambos equipos. La pelota, que salió a la derecha de la portería, no entró por centímetros, pero el efecto óptico al mover la red hizo saltar de sus asientos a los aficionados del Lugo e hizo temer lo peor a la parroquia local.
