Un misterio insondable recorre el vestuario del CD Lugo. El bajón de juego y resultados que parece haber penetrado en el grupo dirigido por Quique Setién es un interrogante profundo en el corazón del Ángel Carro. A pesar de los análisis que se efectúan con inteligencia y laboriosidad desde hace casi dos meses tras cada pinchazo no llegan para dar una explicación a la racha de siete partidos sin ganar de los rojiblancos.
Este enigma no es una mera cuestión numérica. El equipo no ha tenido su sello de identidad desde el encuentro frente al líder, el Elche, el pasado 6 de abril, y ha carecido de la lucidez con el balón marca de la casa. A pesar de que en terreno propio se ha mitigado el problema con cuentagotas, con momentos acertados frente a Villarreal o Almería, a domicilio y en los inicios de partido el contratiempo se agudiza.
«No sabemos qué nos pasa. En casa llevamos el control de los partidos, pero fuera de casa nos cuesta más entrar en los partidos. No sé por qué será. Ahora ya se está acabando el año, pero son cosas que tenemos que corregir para seguir haciéndonos fuertes en la categoría y entrar en los partidos como lo hacemos en casa», admitió el centrocampista Iago Díaz.
