El canon está en el aire

La propuesta de resolución en contra del canon de ascenso a la Liga ACB realizada por la Comisión Nacional de Mercados y la Competencia (CNMC) puede producir profundos cambios en la estructura actual del baloncesto español, pero también puede poner en peligro una parte importante del patrimonio del CB Breogán.

Ante esa propuesta de resolución del CNMC, la ACB dispone de un plazo de quince días para presentar alegaciones. Pero si finalmente la resolución se convierte en definitiva, esto obligaría a la ACB a modificar sus estatutos y, por lo tanto, las condiciones de admisión de nuevos miembros en la máxima competición española.

El instructor de la CNMC se refiere al canon de entrada en la ACB como una exigencia que "obstaculiza de forma injustificada, desproporcionada y discriminatoria el acceso a la Liga ACB por parte de clubes que no forman parte de la misma, favoreciendo la permanencia de los clubes que ya compiten en esta liga y que deberían abandonar la misma como consecuencia de sus resultados deportivos".

Si finalmente la ACB se viera obligada a tener que prescindir de cobrar a los nuevos miembros esa cuota, que la pasada temporada era de 3.123.148 euros, las consecuencias no solo alcanzarían a aquellos clubes que consigan el ascenso desde la LEB e incluso a algunos que lo consiguieron en temporadas pasadas sin haberlo consumado por las trabas de la organización a clubes como Ourense y Tizona sino también a otras entidades que en su momento pertenecieron a la ACB y que tienen depositado por ese concepto cantidades importantes.

En el caso concreto del Breogán la cantidad que tiene ingresada en la ACB desde su último ascenso es de 2.665.371 euros. En caso de desaparición del canon la entidad lucense tendrá que estar preparada para defender su patrimonio. En caso de que el Breogán estuviera en la ACB el problema sería menor. La situación es completamente distinta si no milita en la máxima categoría. De la misma manera que el canon es un obstáculo que pocos pueden superar, el hecho de haberlo pagado en su momento también ha exigido unos grandes esfuerzos económicos durante muchos años a quien los hizo. Incluso algunas entidades se han visto abocadas prácticamente a la desaparición por atender la exigencia de la ACB. Justicia sí, pero para todos.