El rebote es una de las facetas deficitarias en el juego del Cafés Candelas Breogán. La mejoría general experimentada por el equipo lucense no ha tenido la misma progresión en cuanto a las capturas se refiere. No hay más que mirar las estadísticas para comprobar que el breoganista es el equipo con menos rebotes capturados en lo que va de Liga. Y este aspecto, precisamente este, que siempre es básico en el baloncesto, adquiere una trascendencia especial de cara al encuentro de esta tarde (20.45 horas) en la pista del Cáceres. Y es que el rival, el Cáceres Patrimonio de la Humanidad, tiene hasta el momento muy poco de lo que presumir -como indica su penúltima posición en la tabla con tan solo cuatro victorias- pero en el tema de los rebotes admite pocas comparaciones. Es cierto que su pobre porcentaje de aciertos -en tiros de campo apenas supera el cuarenta por ciento- ayuda a tener más posibilidades de rebote, pero sería absurdo no reparar en sus algo más de 34 capturas por encuentro y todavía más en las casi doce que consigue bajo el aro rival.
Esto implica, más bien obliga, al Breogán a estar mucho más atento y agresivo en la lucha por cada rechace. Puede ser el gran caballo de batalla, el desequilibrio de un encuentro por mucho que se enfrenten dos equipos en dinámicas totalmente opuestas, con tres triunfos consecutivos los breoganistas y una victoria en los ocho últimos encuentros por parte de los extremeños. Gran parte del trabajo en los rebotes dependen de dos lituanos: Tautvydas Slezas y Rolandas Jakstas, y del ex jugador del Prat Joventut Víctor Serrano, quien, por cierto, lleva capturados casi tantos rebotes en defensa (39) como en ataque (38).
Está claro por lo tanto en dónde estará una de las bazas del Cáceres para intentar superar, como hizo hace un par de jornadas con el Melilla, a otro de los denominados favoritos. Otra sin duda, estará en la necesidad de romper su dinámica negativa y conseguir un resultado que le haga abandonar la penúltima plaza que ahora ocupa. Por lo tanto, no será una sorpresa encontrarse a un rival intenso, encorajinado y que va a ir a por todas desde el mismo inicio de partido. Y cuando esto es así, salvo superioridad aplastante que no es el caso, el rival esta obligado a igualar, cuando menos, el nivel de intensidad. En lo que va de temporada el Breogán ha mostrado, en los partidos a domicilio, una cierta inclinación a afrontar los primeros minutos con muy poca determinación, lo que suele traducirse en ventajas del rival que no siempre fueron capaces de compensar.
Pero sabiendo que para el Breogán también está en juego algo tan importante como recuperar puestos en la tabla, lo normal es que el conjunto breoganista tenga respuesta al envite local y que al final, como indican los pronósticos, se acaba llevando el triunfo como consecuencia lógica de su mejor plantilla, de su mayor capacidad y también por su mejor momento de juego.
