Pesadilla del Azkar Lugo en Guadalajara: 10-5

Que el Azkar Lugo baja su rendimiento lejos de su público era de sobra conocido en la Liga Nacional de Fútbol Sala, pero que los de Bruno García regresasen del polideportivo David Santamaría con un roto en forma de diez goles, era por completo inesperado (10-5 se impuso el Gestesa Guadalajara). Más extraño resulta aún la forma en que se forjó esta debacle ya que, pese a lo que diga el marcador final, el guión de la película podría haber sido muy diferente. Y no porque, como en tantas otras oportunidades, los morados hicieran sangre ante una posible apuesta ofensiva de los visitantes en los últimos minutos. El Gestesa goleaba ya 7-3 en el minuto 31 y, con todo, los gallegos soñaron con la machada.

Al final el sueño se esfumó, se cayó ante un rival directo ante el que se cedió también el gol average particular. Y sobre todo, se dejó una imagen pobrísima en defensa que debería preocupar y mucho a los pupilos de Bruno García.

Imagen que también brindó la Unión Deportiva, pero, a diferencia de su adversario, los de Andreu Plaza contaron ayer con dos puntales determinantes. El uno Dídac, fue uno de los destacados pese a encajar cinco tantos. El otro, Isi, pasará a la historia al anotar cinco tantos en apenas 15 minutos (del 22 al 37). Para colmo, Matamoros se licenció en desesperación y lo hizo con nota, tras marrar numerosísimas oportunidades.

Demasiados lastres para un Azkar que encima vio cómo los árbitros, con un criterio muy discutible por ambas escuadras, mandaban a vestuarios a Beto antes de tiempo (minuto 25) por doble cartulina amarilla.

Dicha penalización se englobó dentro del minuto de oro del partido. 68 segundos para ser exactos en los que Lugo pasó de festejar el 3-3 de botas de Miguel, sensacional gol el suyo, a encajar tres tantos y perder a su pívot de referencia.

Un carrusel de emociones que nadie habría imaginado en la primera mitad. Podría decirse que fue la calma antes de la tempestad, aunque sería más propio señalar que fue el triunfo de la locura sobre la sinrazón del segundo periodo.

Los de Bruno García arrancaron mejor, apoyados en Beto. Su poderío físico era toda una bendición, especialmente al no contar el Gestesa con José Ruiz. Primero en calidad de pasador y, poco después como matador, Beto torturó a la Unión Deportiva.

Un equipo, el local, que tardó cinco minutos en volcarse sobre la meta de Toni. Eso sí, cuando lo hizo, fue con mayúsculas. Tal era el chaparrón de ocasiones y dominio que el técnico visitante llamó a capítulo a los suyos.

Sin embargo, nada más retornar a la cancha, Carlos Anós hizo una de las suyas y subió el empate al electrónico. Igualada que no afectó en demasía al Azkar. Los lucenses se deshicieron del acoso y volvieron a visitar el área de Dídac, aunque con escaso acierto. Por el contrario, se toparon con una jugada muy afortunada para los locales que acabó con el 2-1 de Miñambres. Suerte que cambió de bando minutos después por lo que las dos escuadras se marcharon a vestuarios con las espadas en todo lo alto.

Después llegó el caos. En apenas un minuto, el Gestesa avisó en tres ocasiones y marcó el tercero, el primero de Isi. De Bail, tras asistencia de Beto, dio vida a los suyos 47 segundos después. Y a 15.51 de la conclusión, Miguel se erigió en un artista sobre el parque para tumbar a Dídac y a un defensor y subir las tablas al electrónico. Poco duraron, apenas 10 segundos. Lo suficiente para que Isi recibiera un pase medido y, con el mismo arte que Miguel instantes ante, dibujase una vaselina ante Toni. 23 segundos más tarde, Jesús Calvo se unía a la fiesta a la salida de un corner.

A 14.53 del final llegó la roja para Beto y diez segundos después, Isi sacaba tajada de la superioridad numérica.

Fue entonces cuando arrancó el recital del Azkar. Recital de oportunidades marradas con un protagonista destacado, Matamoros, aunque prácticamente todos los gallegos gozaron de ocasiones.Quien no falló fue Isi que, con ayuda de la barrera y de Toni, subía el 7-3 de falta directa.

Restaba una eternidad, pero Bruno García se la jugó con portero-jugador. E hizo bien porque el Gestesa naufragó en la defensa. Lógico, le faltaba su referente. Así, las cosas, no sólo recortaron distancias, sino que pudieron soñar con algo más.

Pero este sábado había un hombre inspirado sobre la cancha. De nombre Isidoro y DNI cordobés. Robó un balón y chutó desde su casa. Era el octavo de los locales y el quinto de su cuenta particular. Era la puntilla. La pesadilla se prolongó con dos dobles penaltis transformados por Nacho Pedraza.

Comentarios