Duelo a vida o muerte en El Arcángel

El Lugo, que durmió esta noche en descenso por el triunfo del Extremadura, jugará ante el Córdoba un partido trascendental para la permanencia. Las ausencias de Pita y Sergio Gil obligarán a Monteagudo a improvisar en el centro del campo

Manu Barreiro lanza a portería en un Lugo-Albacete de esta temporada. SEBAS SENANDE
photo_camera Manu Barreiro lanza a portería en un Lugo-Albacete de esta temporada. SEBAS SENANDE

Jugar con el agua al cuello. Como hace siete días, el Lugo saltará al campo en un escenario de máxima presión, sin apenas aire en los pulmones y tras una noche con los dos pies en la zona de descenso. El conjunto rojiblanco sabía que el encuentro de este domingo (18.00 horas) en El Arcángel ante el Córdoba era un duelo a vida o muerte, una final en la jornada 34. El triunfo del Extremadura en Málaga (1-2) de este sábado le obliga a una victoria para mantenerse a flote en lo mental en una temporada cada vez más difícil.

No cabe especular en la ciudad andaluza. No le sirve jugar con el empate a Alberto Monteagudo, al que no sumar los tres puntos lo podría poner en la picota, con su puesto en riesgo y la sentencia de muerte a su proyecto sobre la mesa del consejo de administración del club rojiblanco.

No ganar al actual colista de facto -excluyendo al Reus- situaría al Lugo en una posición compleja en lo clasificatorio, con dos puntos que recortar al Extremadura y la mirada puesta en otros equipos a los que poder meter en la pelea. Si los rojiblancos no son capaces de recortar distancias con otros clubes que luchan en la parte baja -como los casos de Zaragoza, Tenerife o incluso el Numancia- significará jugar a una sola carta la salvación sin depender de sí mismo en caso de no ganar en El Arcángel.

Instalado en una crisis de resultados, el conjunto lucense sumó ante el Osasuna su noveno partido sin ganar. Desde el 3-2 ante el Rayo Majadahonda del 26 de enero, el cuadro del Ángel Carro sumó 5 puntos de 27 posibles sin contar con los tres del Reus. Aquella victoria situaba al Lugo en la decimocuarta plaza con 26 puntos, 4 más que el Extremadura, que marcaba la línea del descenso.

Mientras el cuadro de Almendralejo parece haber reaccionado, el lucense debe hacer lo propio para soñar con la salvación en una campaña que torna cada vez más hacia la pesadilla.

Las buenas sensaciones del equipo ante el Osasuna, con un paso adelante en cuanto al juego, la ambición y la fortaleza mental durante 70 minutos, son el asidero de los de Alberto Monteagudo ante un equipo, el cordobés, que se juega todas sus esperanzas de realizar un nuevo milagro este domingo.

INCÓGNITA EN LA MEDULAR. Las ausencias de Carlos Pita y Fernando Seoane por lesión y la de Sergio Gil por sanción dejan el puesto de mediocentro con un solo especialista: Giorgi Aburjania. No se había encontrado en semejante tesitura Alberto Monteagudo en lo que va de campaña, sin casi jugadores capaces de manejar al equipo en el círculo central.

Con el georgiano fijo en la medular, su acompañante será la gran duda del once inicial. Podría repetir ahí Josete Malagón, como hizo ante el Alcorcón con buen rendimiento en lo defensivo y casi nulo en la construcción del juego. Podría actuar también en ese puesto Juan Muñiz, aunque la variable de formar con un pivote -Josete- y dos volantes creativos -Aburjania y Juan Muñiz- podría ser otra de las alternativas a manejar, como sucedió en Santo Domingo, donde Sergio Gil y el georgiano formaron junto a Josete.

En caso de que el centro del campo estuviese formado por solo dos mediocentros, la segunda línea contaría con Lazo y Tete Morente o Iriome para repetir el esquema de dos delanteros con Escriche y Cristian Herrera arriba.

La parte de atrás contaría con Juan Carlos bajo palos, Campabadal y Luis Ruiz en los dos carriles y Vieira como fijo en el centro de la zaga. Si Josete se incorpora a la medular, será José Carlos -Menosse sigue lesionado- el compañero del portugués para evitar los goles del Córdoba. Mantener la portería a cero daría serias opciones al Lugo de poder regresar con un triunfo bajo el brazo.

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