Dos permanencias calcadas del Lugo

El Lugo alcanza la salvación matemática en la jornada número 40, igual que en la temporada 2012-13, después de que una larga racha de malos resultados la aplazase en el tiempo
Toni Dovale, ante el jugador de la Ponferradina Alberto Aguilar
photo_camera Toni Dovale, ante el jugador de la Ponferradina Alberto Aguilar

Tres años en la élite que serán cuatro. El Lugo seguirá en Segunda División el próximo curso. No hay peligro ya de carambolas, no debe hacer cuentas la grada del Ángel Carro en una situación que recuerda mucho a la vivida en su retorno a la categoría en la campaña 2012-2013. Como en una fotocopia, el equipo dirigido por Quique Setién calcó el final de temporada para salvarse matemáticamente en la jornada número cuarenta después de aplazar una permanencia que parecía ya segura desde la trigésima segunda.

Como hace dos años, el Lugo logró un 4-0 para dejar a tiro de piedra la salvación. Si en 2013 fue el Xerez el que encajó esa goleada, en la actual campaña fue el Mallorca el que lo sufrió. Ningún otro equipo había encajado ese tanteador entre ambos duelos.

Tras aquel marcador abultado ante un equipo con olor a Segunda B, los jugadores de Quique Setién aventajaban en trece puntos a los equipos situados en la zona peligrosa de la tabla, mientras que la posibilidad de ascender quedaba a cinco puntos.

Esta temporada, una vez logrado el 4-0 frente al conjunto balear, el Lugo era décimo, con ocho puntos de ventaja sobre el descenso y a cuatro de la fase de ascenso.

Pero aquel resultado, 4-0 en ambos casos, aquel gran momento rojiblanco dio comienzo a dos crisis repetidas, copiadas de forma perfecta. Mejorada incluso este año, ya que si en 2013 fueron siete los partidos consecutivos sin vencer, en la actualidad, tras la derrota de anteayer en Ponferrada (1-0), el Lugo acumula ocho encuentros sin sumar tres puntos de una tacada.

Las dos campañas el Lugo consiguió imponer la fuerza de las matemáticas el mismo día: en su partido número 40, a falta de dos encuentros para el final.

En la 2012-2013 lo hizo, además, con el componente positivo de romper su mal momento, con el mérito añadido de obtener un triunfo sólido, en casa, ante un rival que figuraba por encima en la tabla. Aquel 26 de mayo ganaron al Sabadell por 2-0, con goles de Óscar Díaz y Rubén Durán.

Esta temporada se logró el mismo objetivo en el mismo momento, aunque fue obra ajena. El empate del Osasuna en Leganés y la derrota del Sabadell en Huelva le permitieron a los hombres de Setién no repetir la experiencia del año pasado.

En la 2013-2014 la situación se complicó. El Lugo salía de la jornada trigésima quinta con nueve puntos de distancia sobre el último equipo que descendería de categoría. Parecía hecha la salvación, cosa de una jornada o de dos. Pero de nuevo apareció una mala racha para lastrar la marcha rojiblanca. Esta vez fueron seis partidos sin vencer para alcanzar el último duelo con posibilidades de bajar a Segunda B. El triunfo ante el Mirandés las borró del mapa. Una situación que ya no habrá que pasar.

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