Un partido para unir dos destinos que se dirimirán a corto plazo. Club Deportivo Lugo y Rácing de Santander juegan el sábado en el Ángel Carro (18.00 horas, TVG2) con su futuro sobre el césped y en los despachos en juego. Gallegos y cántabros luchan por el mismo objetivo deportivo y tienen en el aire su identidad institucional. Esa es la senda común a recorrer por los dos, un camino que conduce a mantenerse entre profesionales o a penar por las catacumbas del fútbol español.
Sobre el verde lucense comparecerán dos equipos con distinto pelaje. Un club en su cénit deportivo, el Lugo, disputará un encuentro ante un centenario carcomido por una crisis que lo inunda todo. Corroído por las deudas y las guerras entre afición y directiva, el Rácing vive en medio de la tormenta permanente. Eso parece haber afectado a una plantilla concebida en agosto para ascender y que se encuentra situada en puestos de descenso, a tres puntos de la salvación además.
La plantilla del CD Lugo parece haber interiorizado a la perfección cualquier moraleja de las viejas fábulas infantiles. En especial, han sabido interpretar el clásico cuento de la lechera y huyen de los planes de futuro para sumar solo lo inmediato. El delantero Óscar Díaz es un buen ejemplo. El jugador madrileño prefirió no valorar si las victorias ante Rácing y Xerez traerán la permanencia y se centra en lograr una victoria el sábado ante los cántabros.
«Si ganamos será un paso de gigante, pero nosotros no podemos pensar en que si ganamos nos salvamos. Quedan doce jornadas, lo tenemos muy bien y a nuestro favor pero si perdemos esta semana y no ganamos al Xerez ya vienen otra vez los lobos y nos apretarán por detrás. No podemos hacer las cuentas de la lechera porque no vale para nada. Hay que ganar el sábado al Rácing y luego ya veremos. No podemos echar cuentas, el que lo hace es porque tiene miedo y nosotros no lo tenemos», indicó Díaz.
