Retirada la segunda amarilla a Seoane en Huesca

Dos campañas en una

El Lugo manejó dos estilos en una sola temporada bajo el mando de Luis Milla primero y José Durán después. El conjunto rojiblanco sumó los puntos necesarios para el reto de la salvación
Los jugadores del CD Lugo aplauden a su afición
photo_camera Los jugadores del CD Lugo aplauden a su afición

Una temporada dividida bajo la frontera permeable del fútbol ofensivo proyectado por Luis Milla y José Durán. El Lugo de la temporada 2015-2016 ha sido un espejo de dos caras, en la que los jugadores vieron reflejado su juego para alcanzar la salvación. Sin embargo, ambos modelos se atascaron en momentos clave para que el paso adelante esperado por la afición y la directiva no fuese realidad.

Los números de Luis Milla han acabado por ser mejores que los de José Durán. El turolense logró 36 puntos en 26 jornadas, lo que arroja una media de 1,38 puntos por jornada, mientras que el lucense logró 18 en 16 jornadas, lo que ofrece una media de 1,12 puntos por cada partido en el banquillo rojiblanco. Milla dejó el Lugo tras la derrota ante el Leganés (1-2) en el Ángel Carro, con el equipo duodécimo, a cuatro de la promoción de ascenso y con diez sobre el descenso. Durán acabó la temporada decimocuarto, a diez del sexto y con siete puntos sobre las posiciones de Segunda B.

Las diferencias de juego entre los dos técnicos van más allá del rendimiento que sacaron a la plantilla. El fútbol plasmado por Luis Milla abusaba del juego posicional, donde la combinación en corto era el medio para llegar al campo rival. Su 4-1-4-1 buscaba más evitar el juego rival y avanzar por dentro en la recuperación de pelota con el protagonismo para Sergio Marcos, Campillo o David López y menos en los costados.

Con Milla el Lugo consiguió rendir mejor lejos del Ángel Carro, hasta convertirse en un club temible a domicilio. Con José Durán el Lugo fue más contragolpeador. Buscó las transiciones rápidas con Caballero para permitir el juego directo y la segunda jugada y los costados como herramientas de ataque. Construía menos que con Milla y corría más con Iriome, Lemos o Manu. Además, abandonó el dibujo de 4-1-4-1 para combinar el doble pivote de Pita y Seoane o un 4-3-3 con el herculino y Campillo por delante.

La tendencia cambió y puntuar lejos de Lugo acabó siendo casi una quimera para acabar con las opciones de jugar la promoción.

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