Roberto Fernández: donde empezó una carrera

El portero anunció su retirada del fútbol profesional tras 401 partidos y una trayectoria que comenzó en la lluvia y el barro del campo de entrenamiento del Chantada

Toda gran historia tiene un comienzo y un final. La de Roberto Fernández terminó en el Lugo, después de 401 partidos como futbolista profesional. Le ha dado tiempo a saborear ascensos a Primera con el Spórting de Gijón y el Granada, recibir los elogios del mismísimo Messi con el Osasuna o conquistar un trofeo Zamora en Segunda. Mucho antes, su realidad eran el barro y la lluvia de su localidad natal.

Roberto Fernández jugó tres temporadas en la SD Chantada antes de fichar por el Celta. Iba a entrenarse a O Poboado, un grupo de casas a las afueras de Chantada donde residían los trabajadores de Fenosa y que tenía su propio campo de fútbol. Allí se ejercitaban cuando O Sangoñedo no estaba disponible.

Roberto recuerda con precisión aquellos tiempos. "O campo está a dous quilómetros da miña casa, ía e volvía camiñando", relata. El futuro guardameta se plantaba en el entrenamiento a las seis de la tarde y no regresaba a su domicilio hasta las once de la noche. Acababa la sesión con los niños de su edad y se sumaba al trabajo con el primer equipo.

Recuerda bien aquel tiempo José Manuel Taboada, a quien todos en Chantada conocen como Marolas. En su día fue entrenador y jugador de la SD Chantada. Preparó a Roberto, con quien también compartió vestuario. "Era un espectáculo solo verlo entrenarse. Cuantos más charcos había, más le gustaba y mejor se tiraba", comenta.

Para evitar que su madre le regañara por llegar manchado de barro, se duchaba con ropa

Marolas rememora el momento en que Roberto se duchaba vestido tras el entrenamiento. Así lavaba el barro de su ropa y evitaba la reprimenda de su madre al llegar a casa. El ya exportero corrobora la anécdota. "Outras veces paraba a lavar a roupa na fonte que hai ao lado da miña casa", añade.

No tardó en destacar. Con solo 15 años, el entrenador del primer equipo del Chantada, Toño Sanmartín, le hizo competir en Primera Autonómica. Debutó en Escairón, pero su primer duelo como titular fue en Oural. "Chamaba a atención porque era un rapaz moi pequeno e moi novo. Daquela nestas categorías había moitos veteráns", señala Roberto.

Entre sus tardes de gloria como portero del Chantada hay un encuentro en Foz donde, según Marolas, "paró lo imparable, salió ovacionado por la afición contraria". En Santaballa, un delantero rival se acercó tras el partido a preguntarle cuál era su edad. "Entonces no podían jugar los menores de 16 años y Roberto tenía 15, pero lo hizo tan bien que el jugador del Santaballés no nos delató", relata Marolas.

FICHAJE. Su último partido con el Chantada lo jugó con el conjunto juvenil. Fue una final de Copa Deputación en Ourense. Aún guarda el trofeo de subcampeón. El Celta lo vio y lo llamó para hacerle una prueba en Vigo. Ya no regresó.

En los juveniles del cuadro olívico arrancó una trayectoria que ya todos en Chantada conocen de memoria. "Débolle todo aos meus pais. Daquela non estaba ben visto marchar para xogar ao fútbol e eles tiveron que aturar moitos comentarios", concluye Roberto.

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