El príncipe del snooker

El lucense Diego Rey, que compagina fútbol y billar, se acaba de proclamar subcampeón de España de esta difícil modalidad después de un igualado torneo que congregó a 24 jugadores
Diego Rey, durante el torneo de este pasado fin de semana en Madrid. EP
photo_camera Diego Rey, durante el torneo de este pasado fin de semana en Madrid. EP

No es su modalidad preferida, pero tiene el talento suficiente para dar la sorpresa en todo un campeonato de España. El lucense Diego Rey, futbolista de la Sarriana y habitual jugador de pool, dio la campanada el pasado fin de semana en Madrid jugando toda una final del Nacional de snooker, que perdió por detalles, pero en la que colocó su nombre a la altura de los mejores jugadores de la geografía nacional. Y todo siendo una pasión que solo practica cuando puede porque, como él mismo dice, "primero está el trabajo, después el equipo de fútbol, y luego el billar".

No es la primera vez que destaca en una de las modalidades más "complicadas" del billar. Hace tres años logró la medalla de bronce de snooker nacional en Valencia, y este pasado fin de semana mejoró esa actuación alcanzando una final que perdió contra uno de los mejores jugadores de España —Erik Ruiz—, que tras caer el año pasado en la final se desquitó en esta ocasión tras superar al jugador lucense.

Rey completó un excelente torneo, pese a todas las dificultades que experimentó. Según explica, la organización de la competición dejó mucho que desear y, de hecho, elevó una queja en Facebook mientras se desarrollaba. "La organización fue nefasta por parte de la federación y del club, que tan solo cedió las instalaciones. Los cuadros estaban mal hechos, los tapetes estaban en malas condiciones y las bolas en cada mesa eran de una marca diferente, con bolas de distinto tamaño. Para ser un Nacional estuvo muy mal organizado", lamentó.

Detalles que en esta modalidad no son peccata minuta. "Es un juego de mucha precisión y cualquier aspecto que esté mal se nota muchísimo. De hecho apenas hubo breaks (puntos seguidos sin fallar)", asegura.

Sin embargo, logró pasar de ronda tras enfrentarse a otro lucense —participaron cuatro en el Nacional—, Pablo Montaña, en la primera fase. Perdió el segundo partido —se permite una derrota— pero avanzó de fase por el lado más duro del cuadro hasta medirse en semifinal con el campeón del año pasado, un Aleix Meliá que sucumbió ante el talento de Diego Rey. De ahí a la final, que se decidió por detalles, a su juicio, algo injustos.

"Fue una partida defensiva y me puse 3-2. En un momento dado hago una buena defensa y él hace falta. En este caso puedes mandar repetir pero hay que colocar las bolas tal y como estaban, pero él no fue del todo honesto en cómo estaban colocadas, algo que confirmé después en el video, y ahí la partida cambia. Estuve muy cerca de la victoria y acabó remontando, algo que me afectó en el segundo set, en el que ya no me sentí a gusto en la mesa", reconoce.

Una injusticia que no empaña su excelente torneo y que confirma que, pese a que no es su modalidad favorita, que no acumula las horas de entrenamiento de sus principales adversarios, y que participó en el torneo "por probar las mesas profesionales", estamos ante un gran talento del billar nacional.

El billar, su segunda pasión
Diego Rey no solo sobresale con el taco en la mano. Su principal pasión es el fútbol, en el que ha destacado en las filas del Rácing Vilalbés, en las últimas temporadas, y ahora en la Sarriana, líder del grupo B de Preferente.

Tiempo limitado
"Si hay partido, primero partido, y después, si se puede, billar", reconoce Diego Rey, que tiene que encontrar tiempo "de donde no hay" para practicar sus dos pasiones.

Snooker, más preciso
De hecho, reconoce que cuando lo hace, entrena más snooker que pool porque "me sirve para las dos modalidades".

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