Decepciones al lado del Miño

Más de una década en Segunda del Lugo dejó fracasos de futbolistas, muy alejados de las expectativas generadas ► El conjunto rojiblanco llevó a cabo apuestas que no salieron bien o jugadores que llegaban en sus últimos años
David Aganzo, actual presidente de la AFE, en uno de sus encuentros en el Lugo. XESÚS PONTE
photo_camera David Aganzo, actual presidente de la AFE, en uno de sus encuentros en el Lugo. XESÚS PONTE

El Lugo no ha sido un club que siempre haya amortizado sus incorporaciones en la última década en Segunda División, que sus jugadores hayan dado un salto en su rendimiento o hayan portado el brazalete de capitán. En el Lugo también ha habido futbolistas que pasaron desapercibidos, sin apenas rendimiento o cuyo juego haya protagonizado las pesadillas de los aficionados o su paso por el Ángel Carro se haya instalado en el profundo olvido de la grada.

Ese terreno oscuro de los fichajes que salieron mal comienza con la temporada del regreso, la 2012-2013. Ahí aparece un Guayre sin tobillos que disputó dos partidos de Liga antes de retirarse, un internacional boliviano llegado del Arsenal de nombre televisivo, Samuel Galindo, y que apenas jugó seis encuentros para comenzar un periplo por equipos del fútbol sudamericano como Wilstermann, Portuguesa, Sport Boys, Petrolero, Strongest, San José o el Always Ready.

Pero la aparición más curiosa de aquella campaña fue Niqi Endurit, el Messi de los Balcanes, que tuvo ficha juvenil y no llegó ni a debutar. Endurit acabó marcando goles y asistencias en ocho partidos de las previas de la Liga de Campeones con el Drita y el Prishtina kosovares.

En esa primera etapa con Setién en el banquillo y Carlos Mouriz en los despachos surgen nombres como los de Juanjo, un punta ya retirado que no anotó ningún gol en la 2013-2014; Ernesto, que aterrizó con la vitola de talento a balón parado que nunca pudo demostrar; el joven bético Sergio Rodríguez -quien llegó del Betis y tras el Lugo solo jugó en equipos de inferior categoría- o un Jonathan Valle un tanto pasado de peso que salía y entraba de las convocatorias tan rápido como lo hacía de la enfermería. Tampoco tuvo un bagaje positivo David Aganzo -actual presidente de la Asociación de Futbolistas Españoles-, que llegó con mucho pedigrí pero no acabó de cuajar pese a jugar 11 partidos y anotar 3 goles.

La llegada de Tino Saqués y sus cambios constantes de directores deportivos no evitaron que surgieran futbolistas sin un rendimiento óptimo. En aquellos primeros años aparecieron futbolistas como Marc Caballé -mediocentro con 2 duelos en la 2015-2016-, Abel Molinero -7 partidos y un gol al Llagostera que valió tres puntos- o el lateral zurdo Fernando Vega (solo 5 partidos con Luis Milla).

Pero la temporada 2016-2017 es la que se lleva la palma con fichajes decepcionantes. Ahí aterrizaron, el último día del mercado de verano, a las doce de la noche, el ariete colombiano Brayan Andrés Coco Perea y el centrocampista camerunés Lionel Enguene.

Quizás aquella noche del 31 de agosto habría sido mejor que el fax hubiera estado estropeado, ya que Perea jugó 13 partidos en los que no logró anotar ni un solo gol. Peor le fue al africano, que solo disputó 44 minutos en el 1-2 de la Copa del Rey frente al Tenerife.

Aquel curso también llegaron los centrocampistas Adriá Carmona, Yelko Pino, Damiá Sabater o Maxi Rolón, este último trágicamente fallecido en un accidente de coche en 2022.

Un año más tarde llegaron futbolistas con pedigrí como el paraguayo Sergio Díaz -de rendimiento cuestionable aún antes de su grave lesión de rodilla-, o el ariete Chuli. El paso de Guille Donoso pasó totalmente desapercibido, esa y otras dos campañas más de cesiones sin fin.

Jona, delantero especialista en descensos que no rindió en el Ángel Carro -pero que al menos no hizo pagar su mala fortuna a los rojiblancos-, y el ex del Barça, Jean Marie Dongou fueron los malos protagonistas de la 2018-2019. Lass y Carlos Castro lo hicieron el curso siguiente. El extremo francés llegó en enero y se marchó en junio sin producir nada, mientras que el punta tuvo más errores que goles en Lugo. El último en decepcionar al Ángel Carro fue el delantero serbio Marko Scepovic.

Las decepciones del Lugo en Segunda División

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