De Setién a Rubén Albés. De Bouso y Mouriz a Tino Saqués. De Mauro Quiroga y Óscar Díaz a Manu Barreiro pasando por Joselu. Siempre Pita y Seoane, los únicos que han vivido casi una década como rojiblancos en un Lugo que cumplirá diez años en Segunda División la próxima temporada.
Entre 2012 y 2022 hubo y habrá demasiados cambios en un paso del tiempo inexorable que modificó a un club modesto que solo tiene al Alcorcón como el equipo que más campañas seguidas cumple en la categoría de plata.
La década de oro del conjunto lucense comenzó con el penalti transformado por Manu en el Ramón de Carranza. Pocos habrían pensado que aquella tanda se transformaría en diez años en la Segunda Disivión.
Quique Setién, con José Bouso en la presidencia y Carlos Mouriz en la dirección deportiva, fue el gran protagonista de los primeros tres años. La identidad de juego ofensivo y competitividad fue una realidad con el cántabro como técnico y, salvo unos pequeños apuros en la segunda temporada, logró permanencias holgadas.
En el debe de esta etapa estuvo el bajón deportivo en las segundas vueltas y la escasa mejora del club a nivel de estructura personal y de medios humanos y técnicos.
La venta de las acciones que el Concello y la Diputación habían adquirido en el proceso de conversión en SAD del Lugo permitieron a Tino Saqués hacerse con el control del conjunto lucense y ostentar desde 2015 su presidencia.
Su mandato está caracterizado por su enfrentamiento con la afición, los vaivenes continuos en el proyecto deportivo pero también con el crecimiento del club en parcelas como el márketing, instalaciones, personal vinculado al primer equipo o la creación de un filial, un equipo femenino o el convenio con el Lugo Sala.
Sin embargo, la estabilidad que ofreció el proyecto de Setién no la hubo en el cuadro rojiblanco en las últimas tres temporadas.
Las tres primeras campañas de Saqués como mandatario las saldó con el cumplimento de los objetivos con holgura. Milla y José Durán en la 2015-2016, Luis César Sampedro en la 2016-2017 —en la que finalizó noveno en la tabla— o Francisco en la 2018-2019 —con el que el Lugo fue líder de Segunda y llegó a soñar con el play off de ascenso—, fueron tres cursos de ilusión en lo deportivo. Los últimos tres lo fueron de sufrimiento y salvaciones milagrosas en una década de oro rojiblanco.
