De Florentino al método Barça

Florentino y Rosell, métodos distintos pero con los mismos sudores.
photo_camera Florentino y Rosell, métodos distintos pero con los mismos sudores.

FUE decir Rosell que el fichaje del Tata Martino había sido cosa suya y empezar los sudores y las angustias en el Camp Nou. Y es que esa forma de ser tan echada ‘palante’ y de sacar pecho no va ni con sus refinados modos de exseminarista ni con la apariencia que transmite el propio Barça. Porque cada ciudad proyecta su propio modelo, y este se cuela por los felpudos, trepa por los mástiles de sus banderas y acaba instalándose en las salas de juntas.

Madrid, por ejemplo, tiene un tono más estepario y arrebatado. Allí, cuando quieren algo, su gen nacionalista se cita en forma de mesnada en la plaza de Colón y agita banderas de cruzada y ecos de Reconquista. Mientras, en Barcelona son de apariencia más fenicia y mediterránea, hacen sus proclamas con una sardana de cientos de kilómetros y empiezan a levitar, que ni grabándolos desde el aire aciertas a ver cuantos son.

En el Real Madrid el método es pues más imperativo, y así va Florentino y convoca elecciones porque dice que el club es de los socios, «que eso está muy bien, pero aquí el único que se presenta soy yo y a callar todo el mundo», aunque luego llegue el Villareal y le pinte la cara. En el Barcelona el método es más de conjura palaciega, más... digamos... Método-3, que lo mismo te ponen un micrófono en el florero de un restaurante que en un despacho del Camp Nou. El problema es que la voz se corre y todos quieren probar, y así hasta el PSC empieza a pillarle el gusto a eso de los micrófonos y ríanse ustedes de Nixon y el Watergate.

En el Barça lo de los micrófonos no viene de ahora. Cuando yo era un chaval conquistaron en Basilea su primer titulo europeo, la Recopa de Europa, y aquello fue el acabose. El entrenador era Rifé y por entonces el Bar-ça ‘triunfant’ ganaba una Liga cada catorce años. Por eso daba la impresión de que Rifé iba a ser eterno. Pero en esto van y le ponen un micrófono en un teléfono o algo parecido porque dicen que dijo:

-«El Barça es una casa de putas».

Y cómo se puso Núñez, que lo cesó en una hora. Total, a parte de la redundancia de decir que ‘un club es una casa de putas’ realmente Rifé solo hablaba en sentido metafórico. Pero ya se sabe que uno es esclavo de sus palabras.

A mí me pasó por hablar sin el debido decoro de los siervos del señor. Y eso que lo que dije de Rouco Varela hace siete días no dejaba de ser una gracieta, un pellizco de monja (y, por favor, no me lo tomen literalmente como a Rifé). Pues bien, a los pocos minutos ya tenía en mi parabrisas una multa de 200 euros de la policía de Vigo. Eso me pasa por bocas y por no ser temeroso de Dios.

LUGO 2024

Aunque ahora que lo pienso también pudo haber sido cosa de Abel Caballero, porque creo que no le caemos muy bien los de Pontevedra. Y eso que no tenemos aeropuerto, que es nombrarle uno que no sea Peinador y se pone el tío hecho una fiera. Claro que hay a quien no le hace falta que le pongan un micrófono oculto para quedar retratado.

Ahí esta por ejemplo el alcalde de Barcelona, Xavier Trias, que tras haber fracasado Madrid en su carrera olímpica sacó pecho diciendo que solo Barcelona estaba preparada para competir con Tokio.

Oiga usted, un poco más de modestia, que aquí la única ciudad preparada y con suficiente antelación es Lugo, que me río de la Caja Mágica, del estadio de la Peineta y del 80% de sus obras ejecutadas. Mire si son previsores los lucenses que hace ya 2.000 años que crearon el primer gran centro de competiciones deportivas pensando en su candidatura para los juegos de la Pax Romana, y ahí sigue esa infraestructura intacta. Vamos, que López Orozco les suelta a los atletas un interminable saludo de los suyos (de esos que empiezan un jueves y acaban el viernes), los pone a correr por el adarve y nos olvidamos del estadio olímpico, del anillo olímpico, de la villa olímpica y de todas esas olímpicas zarandajas...

Hasta el lema ya se lo han dado medio hecho. Nada de esas cursiladas de los años setenta del tipo «contamos with you». Algo más elaborado, por ejemplo... «Wellcome to running for the muralla de Lugo». Y si hay problemas con la traducción simultanea hacemos la exposición en Latín, la primera lengua franca de la humanidad, qué ahí también habrá alguien que nos pueda echar una mano.

Diego López selección

Ya saben que estas páginas deportivas que escribo (o lo que sean) se editan en Lugo y Pontevedra, y eso a veces me provoca una esquizofrenia galopante. Cuando empecé e hice la reflexión en voz alta de que quería escribir un despiece sobre el debate Íker Casillas-Diego López me avisaron en el Diario de Pontevedra: «Xabi, ten cuidado que en Lugo son muy de Diego López y te conocemos...»

Les dije que tranquilos, que mis años de A Pallota buscando bronca quedaban muy lejos. Yo, qué quieren que les diga, soy muy de Íker, porque su suplencia fue el último regalo tóxico de Mouriño, personaje al que detesto, pero viendo al lucense en el Madrigal la duda que me asalta es si debe tener también una oportunidad en la selección.

Sin duda Íker Casillas es el mejor portero español de todos los tiempos, pero ‘agora mesmo o noso é bastante mellor’.

Diego, titular y sin Mouriño.

Los modelos y los métodos Cada ciudad proyecta su propio modelo, y este se cuela por los felpudos, trepa por los mástiles de sus banderas y acaba instalándose en las salas de juntas

El Celta en San Mamés

El Celta estrena hoy de forma solemne el Nuevo San Mamés, que sustituyé al viejo, prácticamente a su misma vera, allí donde por cierto el Pontevedra defendió una vez el liderato de Primera División, que ya sé que esto no viene al caso pero me apetecía recordarlo.

Buen partido sin duda para fecha tan señalada. Los vascos, y más si don de Bilbao, veneran las tradiciones, y el fútbol para ellos es sagrado. Por ejemplo era costumbre que un equipo que por primera vez visitara el viejo San Mamés depositase un ramo de flores ante el busto del mítico Rafael Moreno, ‘Pichichi’, muerto en plena juventud como ídolo del fútbol patrio por un ataque de apendicitis.

En esta ocasión, y por cortesía local, bastaría con que en vez de flores depositasen un buen saco de goles.

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