Salvaje, pero espectacular. Así define un exhausto Fernando Ibarra por teléfono desde Atenas la última carrera extrema que ha conseguido finalizar. Casi 500 kilómetros de recorrido entre la capital griega y el lugar donde se ubicaba la antigua ciudad-estado de Esparta. La organización solo admitió a 42 corredores y únicamente 20, entre ellos el deportista natural Chantada, cruzaron la línea de meta.
"Nunha carreira tan longa é inevitable atravesar momentos duros, aínda que ao rematar un só quede cos bos. O certo é que a proba supérate por momentos e é moi dura psicoloxicamente. Cando entraba pola meta non era consciente de que o estaba a facer", relata Ibarra aún desde Grecia, donde todavía pasará parte del día de hoy, cuando se procederá a la entrega de premios de la prueba.
La carrera trata de rememorar el trayecto del héroe mitológico Filípides para avisar de la invasión de los persas a Grecia. La competición es exigente desde las propias inscripciones, pues la organización no le otorga un dorsal a cualquiera. Hay que presentar un currículum y contrastar que se han terminado otras pruebas extremas similares a esta.
Una vez superado este trámite, los atletas afrontan un recorrido eterno con la obligación de atravesar unos controles de paso antes de un tiempo determinado. En caso de no cumplir, el corredor es descalificado. Además, hay un periodo máximo de 104 horas desde el pistoletazo de salida para realizar todo el recorrido.
"Podes xestionar a carreira como queiras e parar cando o necesites, pero hai que ter moito control porque se non pasaches por un destes puntos a unha determinada hora, a organización elimínate da competición", explica Fernando Ibarra.
Una vez en Esparta, el atleta (único español en la salida) y el resto de fondistas emprendieron el camino de vuelta a Atenas. Cuando Ibarra llegó a la mitad del recorrido, muchos de los competidores ya se habían quedado fuera.
LLEGADA. Siempre dicen los aficionados al atletismo que los últimos kilómetros de una carrera de larga distancia son los más duros. Se siente que la meta está próxima, pero no se divisa. En ese momento, Ibarra encontró un aliado en el húngaro Mihay Blasko.
"Fixemos un grupo entre varios corredores onde tamén estaban un inglés e un brasileiro. Tirabamos os uns dos outros, pero ao final este rapaz de Hungría foi un gran apoio para min, axudoume a rematar", indica.
Ibarra y Blasko marcaron el mismo tiempo. Solo unos segundos antes atravesó la meta el atleta de Chantada, que completó los 490 kilómetros de trayecto en 96 horas, 19 minutos y 47 segundos. Fue el decimotercero de una clasificación general comandada por Lukasz Sagan, atleta polaco que hizo el viaje en solo 69 horas, 22 minutos y 17 segundos.
Sobre su actuación, Ibarra se mostró más que satisfecho. Antes de su viaje a Grecia indicó que no esperaba finalizar.
Unas carreras que se hacen virales en Chantada
Felicitaciones
Tras completar en 96 horas una carrera de 490 kilómetros de recorrido, los mensajes de enhorabuena hacia el corredor han sido múltiples. El Ayuntamiento de Chantada, por medio de su página de Facebook, se sumó a las felicitaciones.
Nuevo reto
Ibarra se ha acostumbrado ya a participar en este tipo de carreras extremas, pertenecientes a una categoría denominada ultrafondo. En su día corrió La Transe Gaule, que le obligaba a cruzar Francia de norte a sur en diagonal, o The Hard Stuff, 400 kilómetros en el interior de un túnel inglés abandonado.
Grecia
No es la primera vez que el atleta nacido en Chantada finaliza una prueba de este estilo en el país heleno. Hace tres años completó el recorrido de la ‘Spartathlon’.