El corredor que acaricia las estrellas

El lucense Iván Montes logró el sexto puesto en la clasificación general en la Ultra Trail de montaña Canfranc-Canfranc en el pirineo aragonés, después de completar los 100 kilómetros de la cita oscense, donde acumuló un desnivel positivo de 8.848 metros
Iván Montes completa uno de los descensos en la Canfranc-Canfranc. EP
photo_camera Iván Montes completa uno de los descensos en la Canfranc-Canfranc 2020.

EXISTEN PERSONAS que siguen la corriente colectiva, que no buscan más allá y mantienen la mente fija en una misma perspectiva. Otros, sin embargo, conducen su figura hacia nuevas formas de vivir el deporte. No conciben su existencia sin hollar nuevos retos en el horizonte, y es precisamente donde la tierra pierde su verticalidad el lugar elegido por el lucense Iván Montes para dar rienda suelta a su inconformismo deportivo.

Este atleta multidisciplinar concluyó la decimosexta edición de la ultramaratón Canfranc-Canfranc en sexta posición final, después de completar un recorrido total de 100 kilómetros con un desnivel positivo acumulado de 8.848 metros. La cita oscense, que se celebró entre los días 12 y 13 de septiembre, es considerada como una de las más agónicas y técnicas de todas las que se celebran en el panorama nacional de esta especialidad de montaña. Montes invirtió 22 horas y 35 minutos en completar esta hazaña.

Durante el recorrido por el municipio de Canfranc hizo cumbre en los picos Collarada, La Moleta, Vértice de Anayet, Larraca y Aspe, justo en el límite transfronterizo con Francia. La carrera estuvo marcada desde el inicio por el protocolo sanitario que exigió la Federación Española de Atletismo para que se mantuviese firme la fecha de celebración de esta cita con la montaña que supone un auténtico ejercicio de resistencia, capacidad pulmonar y pasión por la montaña para cada uno de los participantes.

Las salidas de los distintos corredores se llevaron a cabo cada treinta segundos, una frecuencia inicial que aportaría la distancia de seguridad necesaria para mantener fuera de juego al covid-19. Los primeros veinte corredores que acumulaban con mayor puntuación, dentro del ranking Intra (International Trail Running Association), saldrían de uno en uno.

Iván Montes comenzó a escribir su historia cerca de las nubes a las 23.05 horas del día 12 con el dorsal número 13, un número que, paradógicamente, le aportó suerte durante el centenar de kilómetros a completar, una lucha en solitario con la única compañía de las estrellas que iluminaron el recorrido durante el periodo nocturno, donde los inscritos corren únicamente provistos del frontal.

"Desde la salida hasta la primera base de vida ubicada en la estación de esquí de Formigal, corrí toda la noche en solitario, e intenté en todo momento mantener la concentración, el ritmo y descontar picos, ya que el recorrido es muy exigente con subidas largas y descensos muy técnicos. Así pasé toda la noche hasta ver el amanecer, ya llevaba casi mitad de carrera, 47 kilómetros y 4780 metros de desnivel positivo", asevera Iván Montes.

Con los primeros rayos de sol, el representante lucense ya había superado la parte más dura del recorrido. La llegada al segundo punto de avituallamiento supuso una inyección de moral después de campar durante toda la noche por un paraje agresivo, retorcido y salpicado por ondulaciones del terreno solo apto para deportistas cualificados, pertenecientes a la élite del sacrificio personal.

"En el avituallamiento repongo fuerzas y descanso sobre unos 10 minutos antes de continuar mi camino. Salgo con varios corredores, y en ese momento la fatiga y la acumulación de kilómetros ya se empieza a notar y cada vez me voy encontrando más corredores, que se unen de las otras carreras ultras de 100 y 75 kilómetros", comenta el lucense, que en ese momento forma en fila por la ladera de uno de los picos con un grupo de cuatro atletas con los que "emprendo el ascenso del Vértice de Anayet con un sol abrasador".

CABEZA DE CARRERA. Iván Montes ve cada vez más cerca la línea de meta y hace acopio de fuerzas de fatiga antes de completar la parte final de la Canfranc-Canfranc. A medida que la temperatura descendía, las fuerzas del atleta lucense, que prepara sus carreras en las infinitas montañas de O Courel, iban en aumento, al igual que el desnivel acumulado.

Su posición en carrera comienza a ganar enteros y el lucense se instala en el top ten de esta ultramaratón de montaña.

"En el siguiente sector de unos 14 kilómetros, con 2300 metros de desnivel acumulado, empiezo a pasar corredores y algunos toman la decisión de abandonar. De esta forma, me coloco entre los diez primeros. Esto me dio un extra de energía. A medida que caía el día y bajaba la temperatura, empecé a encontrarme mucho mejor. Las piernas tiraban de nuevo", dice.

Las cuentas de Montes comenzaban a cuadrar en su GPS y su objetivo de concluir en 22 horas era historia después de culminar una remontada espectacular en el último tramo. "A medida que avanzaba y avanzaba se caían más corredores. Motivado y cada vez más cerca del objetivo que tenía en mi mente, en la última bajada de Estiviellas a meta llevaba ventaja sobre el corredor que llevaba detrás, así que mantuve el ritmo y disfruté de las 126 curvas del descenso hacia la línea de meta", concluye Iván Montes, el primer lucense en acariciar las estrellas.

TRAYECTORIA. El ultra fondista lucense no es un novato en los trail de montaña, ya que en los últimos años se ha asentado dentro de la élite nacional de esta especialidad y es una de los atletas que siempre inscribe su nombre en los circuitos de carreras de montaña.

El ultra atleta lucense atesora a lo largo de su carrera un dilatado currículo en las pruebas de carreras de montañas más relevantes en el plano internacional. Montes recuerda su paso por la Ultra Trail del Mont Blanc como "una de la experiencias competitivas más extenuantes".

Para llegar a estas copas, antes se las vio con los mejores especialistas nacionales en citas del calendario español, como la serie de carreras que conforman la Quiroga Trail Challenge, donde esta temporada finalizó en el tercer puesto final después de completar una brillante actuación por los cimas lucenses donde su rendimiento creció exponencialmente al paso de los kilómetros.

Iván Montes no tuvo que irse muy lejos en otro de sus recientes citas con los senderos y los kilómetros verticales, pues también rindió entre los mejores en el Trail do Lor, un cita donde completo 27 kilómetros con un desnivel final de 1.800 metros positivos en poco más de cuatro horas.

Aunque una de sus mayores soportes es su afición por la bicicleta de montaña, una especialidad que tampoco quiere dejar de lado para no apartar la vista de su próximo horizonte deportivo.

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