El Lugo encajó ayer en A Lomba ante el Arousa, de Tercera División, su segunda derrota de la pretemporada, de forma consecutiva tras caer el pasado martes en Pasarón. Así las cosas, el Arousa se llevó la edición número 39 del trofeo San Roque ante un Lugo que vive una semana maratoniana, intentando apuntalar físico y con la necesidad de dosificar ante el debut liguero, dentro de ocho días ante el Numancia. Quique Setién, técnico rojiblanco, cambió prácticamente a todo el equipo en el descanso, en un encuentro difícil para sus pupilos, que sufrieron con los contragolpes locales.
Los primeros minutos fueron del Arousa. El Lugo intentó jugar el balón desde atrás y hacerse fuerte en el centro del campo, premisa que ha instalado Setién en el ADN del equipo. Pero le costaba mucho. El centro del campo pasó inadvertido un buen rato porque los jugadores del Arousa interrumpían la circulación y las llegadas esporádicas por banda no fueron suficientes para crear peligro.
