Un título europeo junto a Deulofeu, Morata y Carvajal

Concebidos en los grandes equipos del fútbol

Jugadores como Ignasi Miquel, Pablo Caballero, Marcelo Djaló o Maxi Rolón se formaron en canteras de equipos referencia ► Los cuatro futbolistas salieron siendo apenas adolescentes fuera de su entorno y padecieron la presión de jugar en gigantes futbolísticos
Ignasi, Djaló y Caballero, ante el Almería
photo_camera Ignasi, Djaló y Caballero, ante el Almería

Romper el cascarón demasiado pronto para buscar la formación adecuada que impulse una carrera solo imaginada, surgida en los sueños infantiles o adolescentes, sin la foto fija de la realidad. Ignasi Miquel, Maxi Rolón, Marcelo Djaló o Pablo Caballero, fueron algunos futbolistas del Lugo que decidieron abandonar el hogar paterno para jugar en canteras enormes siendo apenas niños, con el reto de convertirse en profesionales del balón en grandes eventos. 

En esos cuatro casos, además de salir de sus ciudades natales sin haber cumplido la mayoría de edad, tuvieron que hacerse un hueco entre cientos de chavales con las mismas aspiraciones, elegidos para formar una élite futbolística aún imberbe. "Fue una experiencia muy dura", relata Maxi Rolón, que llegó al Barcelona desde Argentina con quince años. Al extremo diestro del Lugo le ayudó la presencia de sus padres, que pasaban estancias de hasta seis meses con él para que no notara la ausencia familiar. El acceder a una cantera del nivel de la azulgrana no solo le aportó mejora futbolística a Rolón, ya que en La Masía también se formó "como persona". 

Ignasi Miquel, formado en el Barcelona, el Cronellá y pulido definitivamente en el Arsenal, coincide con Rolón al indicar que la enseñanza de la forma de comportarse era un aspecto importante. "Sabías que había cosas que no podías hacer porque éramos el Barça o el Arsenal y nos teníamos que comportar y dar ejemplo. Desde pequeños teníamos saber ser persona antes que jugador. Creo que eso es importante hoy en día, saber comportarse dentro del campo y ser un ejemplo para los demás", explica Miquel. 

Caballero tuvo que trabajar duro, realizar un gran esfuerzo, jornadas sin su hermano Bruno y sin su familia hasta cumplir un sueño

El zaguero también indica que debía convivir con la presión de jugar para un escudo como el de los "gunners" o el del Barça, algo que facilita la maduración temprana. "Sabías que el Barcelona o el Arsenal tenía que ganar, competir y que había que ser mejor que el rival. Eso me gustaba porque al final interiorizas que tienes que ganar si o si, aunque sepas que el rival puede ser mejor que tú sobre el papel, pero por el escudo que representas tienes que ganar". 

El jugador barcelonés tuvo que tomar la decisión de salir a Londres siendo apenas un juvenil, una encrucijada que acabó siendo positiva para él. "No fue una decisión fácil de tomar, pero fue de las mejores que tomé", destacó, para indicar que el Barcelona lo marcó porque le inculcó "cómo jugar" y "la forma en que me gusta jugar", mientras que el Arsenal lo acabó de "pulir" como futbolista. 

Pablo Caballero salió de su Totoras natal para enrolarse, con quince años, en las divisiones inferiores de uno de los cuatro grandes de Argentina: Rácing de Avellaneda. Para llegar tuvo que superar una prueba junto a seis chavales. "De los seis quedé yo. Fue en el 2003 cuando llegué a Rácing", declaraba Caballero en una entrevista publicada por este periódico. Tuvo que abrirse paso luego por el equipo de reservas del club albiceleste hasta debutar, el 26 de mayo de 2007, en un Clásico de Avellaneda ante Independiente. 

Caballero tuvo que trabajar duro, realizar un gran esfuerzo, jornadas sin su hermano Bruno y sin su familia hasta cumplir un sueño tras una formación y un paso que incluso cambió su corazón de hincha de River Plate en un fiel de "La Academia". 

Djaló, nacido en Barcelona en 1993, comenzó a formarse como jugador en La Fábrica del Real Madrid. En el club blanco llegó hasta su equipo juvenil antes de pasar al Badalona, Granada y firmar con el Juventus, donde no pudo alcanzar el primer equipo.

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