Montes, un lucense en el Ultra Trail del Mont Blanc: "Chamonix es mío"

El lucense Iván Montes Lombao completó el pasado fin de semana el Ultra Trail del Mont Blanc, una descomunal prueba de 171,6 kilómetros que completó en 29 horas y 49 minutos
Iván Montes Lombao, durante el Ultra Trail del Mont Blanc. EP
photo_camera Iván Montes Lombao, durante el Ultra Trail del Mont Blanc. EP

Al lucense Iván Montes Lombao le gustaba mucho la bicicleta de montaña, tanto que llegó a proclamarse campeón gallego en la disciplina de freestyle. Disfrutaba dando saltos en una nave acondicionada para ello en As Gándaras, pero llegó un día en que dicha instalación cerró. Aquello coincidió con una época en la que empezó a preparar unas oposiciones, así que se echó a correr. Y se enganchó. "El asfalto no me gustaba", asegura, así que se tiró al monte (lleva el destino en su apellido). Hace unos diez años entró en el mundo de los trails de montaña. Hace cuatro corrió su primer ultra trail. El pasado fin de semana completó el Ultra Trail del Mont Blanc, la meca de la especialidad, el 'Mundial', el no va más.

Con 32 años, Iván Montes cubrió los 171,6 kilómetros de recorrido en 29.49.45 horas del tirón. Sin dormir. Solo 106 atletas lo hicieron antes que él. "Fue alcanzar la gloria, porque antes de empezar no sabes si va a terminar, pero a dos kilómetros de meta ya estaba gritando "no me lo puedo creer" y cuando ves el arco de meta ya dices: 'Chamonix es mío'", dice.

Chamonix (Francia) es el punto de partida y de llegada de la prueba. La localidad que duerme en las faldas del Mont Blanc (4.810 metros), el coloso de los Alpes, se viste de fiesta el fin de semana del ultra trail, que transcurre por terreno francés, italiano y suizo. "Es la meca de las carreras de montaña. Para poder participar, antes hay que acabar tres pruebas de un mínimo de 100 kilómetros. De esa manera se entra en un sorteo, porque a esta carrera se apuntan 20.000 personas de todo el mundo. En enero sale el resultado y solo entran 2.500", apunta Iván Montes.

Una vez dentro, el lucense se enfrentó al primer reto, preparar la carrera. "En enero me dijeron que estaba entre los elegidos, así que tocaba ponerse en forma. Por la semana me entreno en el paseo del Rato, el del Miño y Camiño Primitivo. Las tiradas largas las hice los fines de semana y consistían en ir hasta A Fonsagrada, comer allí, y volverme para Lugo. Por la semana no tocaba la montaña. Para correr rápido hay que entrenar en llano, y para acumular desnivel y kilómetros, pues la tirada larga del fin de semana", señala.

Y es que el ogro del Ultra Trail del Mont Blanc es su desnivel positivo (10.000 metros). La carrera es un sube y baja constante en la que los atletas sobrepasan varias veces los 2.500 metros. "En los primeros kilómetros no acusas mucho el tema del desnivel, porque vas más fresco. Mi estrategia fue intentar aguantar hasta el kilómetro 80 sin pasarme de ritmo para llegar lo mejor posible a mitad de carrera. De este modo a lo mejor pierdes posiciones, pero ganas en tiempo y en fuerza de cara a la segunda parte del trail. Si te pasas en la primera parte, en la segunda lo vas a pasar muy mal", señala.

Y la estrategia funcionó. "Durante la prueba iba un poco decepcionado con el tiempo, porque llevaba idea de hacerlo mejor, pero comparando los tiempos con el año pasado, en éste fueron más lentos porque la carrera lo exigió por culpa del calor y la humedad. Cada vez alargaba más los tiempos de paso y me di cuenta de que algo estaba fallando, y era que me estaba deshidratando, así que bajé el ritmo y me olvidé del tiempo. El calor y la humedad pasaron factura a muchísima gente, ya que de hubo 987 abandonos", apunta.

Iván Montes Lombao cumplió un sueño en Chamonix, pero no el último. "Esto no termina aquí. Los mejores del mundo se dan cita en esta carrera. Pero no es decir "la hice y se acabó". Si puedo volveré el año que viene. Mi objetivo es a largo plazo es completar el Ultratrail World Tour, que son un total de 25 carreras por todo el mundo. Mi idea es hacer por lo menos una al año, aunque es complicado por temas económicos y laborales, aunque tengo que decir mi jefe en Ndorfina Sports me da todo tipo de facilidades y tengo acceso a material de primera calidad", concluye Iván Montes, a quien no le gusta el asfalto y que lleva en el apellido el mundo por el que le gusta correr.

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