«Esto é incrible, nunca nos vimos nunha igual», resumía estupefacta una vecina que acudió al inicio de etapa en Sober. Su frase resumía lo que muchos otros pensaban. La localidad hablaba ayer gallego, castellano, inglés u holandés. Por sus calles se movían apresurados miles de vecinos y visitantes que no se querían perder detalle. Una acreditación o una invitación se convertían en un tesoro para los más curiosos.
El punto de encuentro, en el que cinco cocineros locales preparaban con esmero varias tapas con queso do Cebreiro y bonito de Burela, fue uno de los lugares más concurridos. Sin embargo, para acceder a él era necesario tener un pase especial. Por lo que muchos se conformaron con ver desde las inmediaciones de la Praza do Concello de Sober lo que sucedía y esperar al control de firmas en el que, por fin, podrían pedirle un autógrafo a Vincenzo Nibali, Purito Rodríguez o Alejandro Valverde, el más aclamado.
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