Carrillo: "Es este equipo el que me hace sentir importante y a gusto"

El punta murciano habla sobre su rol de jugador de vestuario, su posición en el campo como punta referencia, su gran momento de forma, la parte personal del futbolista y asegura que el vestuario rojiblanco es la principal razón por la que se siente como en casa en la ciudad amurallada
Carrillo posa en una portería de O Ceao. ADRA PALLÓN
photo_camera Carrillo posa en una portería de O Ceao. ADRA PALLÓN

"Tenéis que mirar al que tenéis a vuestro lado. Miradle a los ojos. Creo que vais a ver a un tío dispuesto a ganar con vosotros. Vais a ver a un tío que se sacrificará por este equipo, porque sabe que cuando llegue la ocasión vosotros haréis lo mismo por él. Eso es un equipo caballeros". Ese tío al que se refiere Al Pacino en su monólogo en el vestuario de los Dallas Knights en Un domingo cualquiera define a José Ángel Carrillo. El delantero es el jugador de equipo perfecto, un tipo que ha desterrado el término egoísmo de su vocabulario para brillar en el Lugo.

Es el hombre de moda, goles, asistencias, premios… Vaya inicio de Liga

Estoy contento por esa parte. Me siento querido y valorado. Quiero dar lo mejor de mí, seguir disfrutando de este momento, estirando el chicle al máximo y encontrar mi mejor versión. Ahora estoy feliz, muy contento con mis compañeros, con el equipo… Creo que estamos en una buena dinámica y eso favorece para el rendimiento personal de cada uno de nosotros.

En diez partidos ya ha igualado el mejor registro goleador en una temporada como profesional, ¿Qué ha cambiado para ver una versión de Carrillo más goleadora?

Quizás ese pelín de suerte que tiene que estar siempre de nuestro lado. Es verdad que lo que nos exige el míster y los planteamientos de partido que hace nos favorece a cada uno de nosotros y eso tratamos de aprovecharlo al máximo. Estoy teniendo la suerte de que me está entrando la pelota y me encuentro bien personalmente, anímicamente y en el campo. Tengo que aprovechar este momento y también disfrutarlo.

Y todo eso tras una operación de pubis…

Después de la operación me encontré bien, en una situación que hacía mucho tiempo con la que no me encontraba, que era la de poder entrenar y competir sin dolor.

¿Quién tiene más que ver en este buen rendimiento: Rubén Albés o sus compañeros?

Todos. Esta no fue mi mejor pretemporada por la lesión del pubis y me cohibía mucho en muchos ejercicios y no podía hacer muchas cosas porque tenía un dolor inmenso. El míster confió en mí. Desde el primer momento me dijo que yo valía la pena, que era un jugador que podía aportar mucho y decidí operarme. Después de la operación se vio que seguía confiando en mí y cuando me pudo meter en el equipo, lo hizo. Luego, con los compañeros, es un espectáculo el poder compartir día a día con ellos, compartir entrenamientos, vivencias, comidas, cenas… En pocos equipos he estado mejor que en el Lugo a nivel de convivencia, de amistad, de compromiso… Y todo eso ayuda a que, al final, el rendimiento de cada uno sea el que estamos dando.

Su posición, con la de Xavi Torres, ¿Es la más importante para el equipo por lo que aporta al sistema de juego?

Xavi Torres te da un gran sostén al centro del campo metiéndose entre centrales. Luego sale y te da juego porque es un futbolista muy inteligente para darte espacios. Todas las posiciones son importantes, pero es verdad que en este juego del Lugo, que aprovecha muy bien la velocidad y la fuerza de las bandas, el punta también se tiene que reforzar porque hay mucho juego directo, tienes que ganar muchos duelos aéreos y hacer situaciones en las que el mediapunta está descolgado para coger la segunda opción o los extremos puedan atacar. Los delanteros somos conscientes de ese trabajo que tenemos que hacer y tenemos que exprimirnos al máximo para sacar las mejores opciones en los partidos.

Un delantero como usted, ¿Se llega a cansar de pelearse con los defensas? ¿Siente envidia de puntas más de área?

Yo no me canso. A mí siempre me ha gustado la disputa con el central, el contacto y el juego de espaldas, de intentar ganar las batallas a la defensa y hacerme fuerte para ayudar al equipo. Hacer ese juego sucio que a veces no se ve o que la gente desde fuera no lo aprecia, pero que para un equipo es muy importante. Este es nuestro tipo de juego y si tuviéramos otro no lo disfrutaría tanto. Este es mi tipo de juego y es el que me beneficia. Quiero aprovecharlo al máximo y me voy a sacrificar todo lo que pueda por mis compañeros y por el equipo.Carrillo en O Ceao. ADRA PALLÓN

Es un jugador que en el campo habla mucho, ¿Es algo natural, es su carácter?

Me gusta vivir el partido y cuando veo que algo no se está haciendo bien me gusta transmitirlo, hablar con el árbitro… Es vivir el partido y creo que eso lo deberíamos tener todos los jugadores, el poder vivir y competir cualquier acción. En una simple falta, que para mí es poca cosa, hay que saltar para meter presión. Eso es una cuestión de cada uno, de como uno siente el partido.

¿Cómo se le gana una batalla a un defensa que es físicamente superior?

Son muchos aspectos. Cuando en el juego aéreo no te encuentras cómodo a lo mejor tienes que cambiar, Tienes que venir a recibir y descargar, buscarle las cosquillas a la espalda o pensar en su punto débil, que puede ser hacerle un desmarque de ruptura porque el central tira la línea de defensa. Al final son muchas cosas que se tienen estudiadas anteriormente, durante toda la semana, y que nosotros vemos por vídeos. Si no te encuentras cómodo pues igual tienes que romper al espacio y si no te encuentras cómodo rompiendo al espacio pues tienes que ganar el duelo aéreo. Son pequeños detalles que se tienen que pensar dentro del campo y ejecutar a la perfección para ganar esa batalla psicológica en ese partido.

¿Es más difícil ganarle la partida a un defensa débil en lo físico pero hábil en lo táctico que al revés?

Creo que los delanteros, extremos o mediapuntas le pueden sacar más partido al rival que es más fuerte físicamente pero tácticamente es un desastre. Una simple acción de estar mal colocado, de saltar mal a la presión, puede crear un espacio muy grande entre defensas que aprovechar. Todo eso nosotros lo tenemos estudiado y podemos sacar cosas positivas de ahí.

Se dice que los delanteros son egoístas, sobre todo dentro del área, ¿Carrillo lo es? ¿Prioriza a veces sus propias cifras?

No, rotundamente no. Se vio en el partido ante el Oviedo. Puedo tirar el penalti, pero conozco a Joselu, lo aprecio mucho y me dijo que si le podía dejar tirar el penalti y lo hice sin ningún problema. En este equipo ese individualismo no lo hay y eso se ve en cada partido. Nosotros lo vemos en los entrenamientos diarios. Aquí la gente es muy honesta y muy humilde. Si yo tengo a un compañero para darle el pase porque creo que le será a él más fácil marcar el gol lo haré. Pero eso lo hago yo y el resto de mis compañeros.

"Poder llegar a un vestuario y olvidarte de tus problemas es algo muy bueno"

En el área, ¿un delantero actúa más con la cabeza o con el corazón?

Con las dos cosas. Actúas con la cabeza porque tienes un segundo para pensar donde tienes que poner el balón, pero hay otras acciones en las que tiene que intervenir el corazón, la fuerza, la garra y la inteligencia también. A veces, un balón que es un poco forzado solo con la cabeza no va, tienes que meterle puro corazón para poder llegar a ese balón. Las dos cosas son fundamentales.

Cuando llegó a Lugo estuvo un tiempo a prueba. ¿Cómo es estar en ese espacio de indefinición?

Cuando llegué lo teníamos todo prácticamente hablado, pero al final salió el tema del periodo de prueba. Yo estaba tranquilo porque ya me habían comunicado que me querían y contaban conmigo. Esta situación fue totalmente diferente a ir de prueba, de si la pasas sí o no. Aquí llegué sabiendo que ya contaban conmigo pero no se podía hacer el fichaje por el tema de Campillo. Había una serie de cosas que hasta que no se solucionaran yo no podía oficializar mi fichaje por el Lugo.

Un jugador sin equipo, ¿le da muchas vueltas a la cabeza?

Tengo compañeros y amigos que han estado en esa situación y se pasa mal. Pasas de ser un jugador profesional de fútbol a, de golpe y porrazo, no tener nada. No puedes competir diariamente con tus compañeros, no entras a un vestuario donde se gastan bromas, donde siempre son risas… Eso se pierde durante un tiempo y sí que se le dan vueltas a la cabeza. Te preguntas: ¿Y si esto es durante todo un año? ¿Y si ya no me quiere nadie? Siempre le das vueltas a la cabeza. Lo que quieres es competir al máximo nivel y aportar nuestro trabajo donde estemos.

Cuando estás sin equipo pasas de ser profesional a no tener nada

¿El ambiente dentro de un vestuario es una de las mejores cosas de ser profesional?

Para mi gusto es lo mejor. Poder llegar a un vestuario y olvidarte de tus problemas es algo muy bueno. Porque los futbolistas también tienen problemas, aunque la gente piense a veces que el jugador llega al campo de fútbol y no tiene ningún problema. Al final, fuera de casa, tú tienes familia, amigos, gente que tiene negocios, gente que estudia… Gente que tiene sus preocupaciones y sus problemas y la gente que estamos en ese núcleo del vestuario donde un día te gastas bromas con uno, otro día con otro, risas, comidas, cenas… Sin eso el fútbol no sería lo mismo.Carrillo tras un entrenamiento. ADRA PALLÓN

¿Cree que los aficionados o los medios a veces no tienen en cuenta eso y exigen demasiado?

Es normal que nos exijan porque tenemos que dar la cara por una entidad muy asentada e importante en el fútbol español como es el Lugo. Es normal que el aficionado nos exija el máximo y al máximo nivel. Pero también es cierto que nosotros no solo somos pies, sino que tenemos una vida aparte de esto. Es nuestro trabajo, intentamos exigirnos el máximo y sacar el mayor partido. Nosotros siempre queremos ganar, no vamos a salir un partido a perder. Las victorias son beneficio mío, de mi familia, el que tenga hijos es un beneficio para sus hijos, el que tenga mujer será beneficio de su mujer… Es cierto que el aficionado muchas veces nos exige y yo los entiendo porque yo también he sido aficionado desde pequeñito y también he exigido. Es normal que nos aprieten porque eso también hace que nosotros mejoremos y tengamos la exigencia necesaria para poder competir.

¿Desde el primer día estuvo cómodo en Lugo?

Siempre estuve muy bien. Ya me habían hablado de este equipo porque teníamos gente en común que me había hablado muy bien del vestuario, de la gente que había, que era muy campechana. Aquí hay gente que está muy asentada en la categoría como Pita, Seoane, Iriome, Canella… Gente contra la que había jugado y sabía la carrera que tenían. Yo los veía y decía: “hostia, esta gente ya…”. Pero cuando llegas a este vestuario te encuentras a gente superdivertida, que te transmite… Esto se tiene que vivir para poder sentirlo y explicarlo. Tuve la suerte de que llegué y me encontré con un pedazo de vestuario increíble. Las salvaciones que hemos tenido han sido, en parte, por la fuerza y por este vestuario.

Los capitanes estuvieron siempre pendientes de usted...

Son ejemplares en todo. Tanto Iri, Pita, Seo, Manu (Campabadal), son ejemplares. Nos transmiten su experiencia, su disciplina, su entrega… Son muchos años en un mismo club y eso es para valorar. Nosotros los tenemos en un altar porque se lo han ganado a pulso. Diariamente son gente que suma en todo. A la hora de hacer bromas están los primeros, a la hora de ser serios son los primeros… Se les tiene un cariño y un aprecio muy elevado.

¿Qué tiene Lugo y el Lugo para que un tipo del Mediterráneo aguante el frío, la niebla o el viento?

El equipo. No hay más. Nosotros diariamente vivimos en casa la mayor parte de las horas del día y cuando tenemos esas cuatro o cinco horas por la mañana de estar juntos es lo que te hace despejarte de todo y querer gastar bromas, querer poner música en el vestuario, querer bailar, querer reír… Es el equipo el que te hace sentirte a gusto, importante, ese tipo de cosas. La ciudad es muy tranquila para poder disfrutar de tu familia, de comer bien, se juntan varias cosas, pero la principal es el equipo.

¿El tema de la dieta cuesta más en Lugo?

Tenemos que vigilar la dieta siempre, pero también tenemos nuestros momentos. Sales del entrenamiento y por ir a comer no va a pasar nada. Otra cosa es que te pases y caigas en el exceso todos los días. Al final nosotros también somos gente que tenemos familia, que nos gusta ir a comer, a cenar… Somos gente normal. Tenemos que llevar un cuidado diferente, pero también nos gusta despejarnos, no estar veinticuatro horas y siete días a la semana pensando solo en el fútbol. No podemos hacer eso porque psicológicamente te puede llegar a afectar. Lugo gastronómicamente es un espectáculo y hay que disfrutar de eso y de su tranquilidad.

Usted es uno de los principales pegamentos del equipo, ¿es complicado a veces estar siempre ahí para los compañeros?

No lo es. Esto es una familia construida en muy poco tiempo pero familia al fin y al cabo. Si un día Carrillo llega al vestuario un poco triste a Diego Alende le saldrá de dentro echarme un brazo encima y sacarme una sonrisa. Si al día siguiente Lebedenko está triste a mí me sale de dentro animarlo y ayudarlo porque es mi compañero y es por el que voy a dar la cara cuando juguemos el siguiente partido y al revés, él va a dar la cara por mí.

¿Los jóvenes del equipo escuchan a los veteranos o hay que ir detrás como un padre?

No. Todos vamos a una. Los veteranos un día enseñan una cosa y al siguiente son los más jóvenes los que enseñan. Todos vamos juntos y eso es lo bonito, que siempre vamos a una y disfrutamos estando juntos.

Acaba contrato en junio, ¿seguiremos disfrutando de Carrillo la próxima temporada?

Es verdad que acabo contrato, pero todavía no sé nada, lo digo de corazón. Todavía es muy pronto para el tema de la renovación. Estoy tranquilo y feliz y quiero disfrutar del momento, ayudar a mis compañeros y a mi equipo con goles y trabajo. Quiero seguir disfrutando como disfruto ahora y sintiéndome feliz como me siento.

Este es un equipo de currelas que se merece el éxito

Lo que sí está convencido es de que el Lugo seguirá en Segunda División el año que viene...

Sí, sí,sí, estoy seguro. Independientemente de que el club se lo merece, el equipo se lo merece más que nadie. Somos unos currelas que trabajamos diariamente al máximo y nos exigimos el máximo para poder mantenernos y poder disfrutar de esta categoría con tranquilidad y la certeza de que el año que viene podremos seguir en Segunda División. Queda mucho y es una Liga muy larga, competida e intensa, pero nuestra mentalidad es la de poder conseguir la salvación cuanto antes mejor.

"Prioricé estar con mi club a ser internacional con Filipinas"
Fue internacional por Filipinas, ¿Cómo fue aquella experiencia?

Estuve hace un tiempo, cuando estaba en Córdoba. La abuela de mi madre era filipina, pero nunca me iba a imaginar que, por el hecho de ser descendiente de filipinos, podrían llamarme. Un día, estando en Córdoba, llegó un comunicado para que yo asistiese a una concentración en Bangkok. Fueron seis días y estuve muy bien, pero al final era complicado por las horas de viaje, mi equipo… Prioricé más el poder estar con mi equipo a ese tipo de concentración. Fue una experiencia más vivida.

¿No baraja volver?

Me intentaron convocar otras veces, pero ese viaje no es como hacer uno de dos o tres horas. Siempre eran quince o dieciséis horas entre escalas y demás y era una paliza bastante grande. Al final eran cinco o seis días sin estar con mi equipo y decidí priorizar más el poder estar con mi club, que es lo más importante.

También tuvo una breve experiencia en el Hapoel Beer Sheeva israelí, ¿Por qué no duró más?

Duró muy poco porque falleció mi abuela, que era un pilar muy importante en mi vida. Se juntaron esos problemas allí, no estaba dando mi mejor versión y al final llegamos a un acuerdo. Tengo una buena experiencia. La cultura es totalmente diferente, pero desde el primer momento me trataron muy bien, pero no pude rendir al máximo porque tenía esos problemas que no me dejaron hacerlo. Rescindí, volví a España y tuve la suerte de poder firmar aquí en el Lugo.

¿Habría sido una buena experiencia vital?

Sí. Estuvimos jugando una previa de la Europa League y son vivencias buenas que me llevé de allí. Son cosas que pasan, que me pillaron con menos edad y que también me hicieron madurar, crecer y abrir los ojos para seguir formándome y creciendo en este deporte.

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