El Breogán, a mantener su ventaja

El conjunto lucense recibe esta tarde al Lleida con el claro objetivo de sumar una victoria más y afianzar un liderato que le lleve al ascenso

Stainbrook intenta superar a un jugador del Básquet Coruña. SEBAS SENANDE
photo_camera Stainbrook intenta superar a un jugador del Básquet Coruña. SEBAS SENANDE

El Cafés Candelas Breogán intentará dar continuidad al importante triunfo conseguido el pasado martes en la cancha del Prat con una nueva victoria en el encuentro que esta tarde, 18.00 horas en el Pazo dos Deportes, le enfrenta al Força Lleida.

El equipo lucense pretende mantener después de este encuentro, al menos, la ventaja que ahora tiene ante sus inmediatos perseguidores. Los de Natxo Lezkano son conscientes de que, con las diferencias actuales, una gran parte del ascenso pasa por los ocho encuentros, en catorce jornadas, que tienen que disputar en el Pazo, donde permanecen invictos en la presente temporada.

El encuentro de esta tarde enfrenta a los dos equipos más certeros de la competición. Breogán y Lleida son los dos mejores equipos en tiros de dos puntos (48,7% los lucenses y 48% sus rivales), en tiros libres (79,4% y 77,7) y en triples donde el Lleida con un 40,4% por ciento mejora el 39,2 del equipo lucense.

El lanzamiento triple es uno de los aspectos más destacados del equipo catalán concentrado especialmente en tres jugadores como son el base jamaicano Jarred Ogungbemi, el escolta serbio Brano Dukanovic y el alero catalán Miki Feliu, que también son los mejores anotadores del equipo.

Natxo Lezkano podrá contar con todos los jugadores de la primera plantilla, en una semana en la que no ha habido ninguna incidencia a nivel de lesiones

Pero esta amenaza constante que representan los tiradores del Lleida no tiene continuidad con un juego interior mucho menos participativo y resolutivo en ataque.

Donde sí mantiene un interesante equilibrio el rival de hoy del Breogán es en el trabajo defensivo. Un equipo sólido en este aspecto y bien trabajado que suele complicar las anotaciones rivales. Un buen trabajo de los exteriores y la intimidación de Papa Mbaye son un aspecto fundamental. Pero este trabajo en propio campo también tiene un punto débil, aunque mejorado de forma notable en las últimas jornadas como es el rebote. El equipo catalán es el conjunto con menos capturas de la liga, aunque como está dicho es un problema en vías de solución si se atiende a la mejoría experimentada. Posiblemente en ello ha tenido que ver, también en su irregularidad de la primera vuelta, los problemas de lesiones en especial las sufridas por Tim Derksen y por el pívot neozelandés Michael Karena.

En estas circunstancias, el ritmo y el juego interior parecen las grandes bazas del conjunto lucense que en la primera vuelta ya se impuso en la cancha ilerdense (73-86), en un encuentro en que los locales no pudieron contar con la participación de Michael Karena ni de Tim Derksen. El Lleida es habitualmente un rival complicado para los lucenses, de hecho en la pasada temporada se llevaron el triunfo del Pazo (78-81) y hace dos el Breogán solo logró la victoria por dos puntos de ventaja (76-74).

El conjunto catalán, que actualmente ocupa la duodécima posición de la tabla con nueve triunfos - está separado en una victoria de la zona de play off-, cinco de ellos conseguidos a domicilio. Los de Borja Comenge se impusieron en las canchas del Huesca (64-73), Clavijo (75-81), Ourense (75-84), Melilla (80-95) y Palma (76-80).

Un dato a tener en cuenta es que el Força Lleida de los ocho primeros clasificados solo fue capaz de vencer, tanto en casa como fuera, al Melilla.

Natxo Lezkano podrá contar con todos los jugadores de la primera plantilla, en una semana en la que prácticamente no ha habido ninguna incidencia a nivel de lesiones e incluso de pequeñas molestias.

Al margen de la importancia a efectos clasificatorios, la victoria en el encuentro de esta tarde sería la mejor antesala para la gran fiesta que será la disputa de la Copa Princesa, ya que por un lado motivaría aún más al público pero también permitiría a los jugadores una cierta desconexión de la liga para disfrutar de la final.

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