Ningún partido se gana de antemano. Una aseveración que sirve para cualquier disciplina deportiva; aunque en la mayoría de las ocasiones es la calidad la que termina decidiendo el triunfo. La sorpresa, por eso se define así, surge de vez en cuando. Un gran día del teóricamente más débil o uno desafortunado del, en principio favorito, suelen conjugarse para que se produzca el resultado inesperado, a veces incluso ocurre que una supuesta superioridad se ve compensada por la falta de esfuerzo, de sacrificio o de intensidad, lo que muchas veces se califica como un exceso de confianza. Y solo esto podría explicar un resultado negativo del Cafés Candelas Breogán en el encuentro que este sábado (18.00 horas, Polideportivo Municipal de Azpeitia) disputa ante el Sammic Hosteleria.
Por mucha complicación que se le quiera buscar a los encuentros que se disputan a domicilio, la diferencia de plantillas entre el conjunto lucense y el guipuzkoano hace que, a priori, sea muy complicado advertir en qué aspecto el Sammic podría poner en aprietos a su rival. El Breogán
tiene mucho más de todo e incluso en esta ocasión hasta un punto más de motivación, porque un triunfo situaría a los de Lezkano virtualmente como organizadores de la Copa Princesa. Hasta juega a favor de los breoganistas el haber perdido en los dos últimos desplazamientos, en Huesca y en Vitoria ante el Araberri, con lo que cabe esperar que no se repetirán los errores, sobre todo los vistos ante el Araberri, en el que la falta de intensidad, o la menor intensidad con respecto a su rival, acabó pasando factura.
Además, el Sammic Hostelería, situado en la antepenúltima posición de la tabla con cinco triunfos y nueve derrotas, no está en un buen momento, como lo demuestra el hecho de que de los últimos siete encuentros solo ha logrado un resultado positivo. En la cancha donde hoy jugará el equipo lucense han ganado, con la excepción del Leyma Coruña, todos los rivales que aspiran a moverse por la parte media alta de la tabla; es decir en Azpeitia se han ido con el triunfo, el Prat, el Manresa y el Tau Castelló.
Y es que el Sammic, debutante en la LEB, tiene una plantilla justa tanto en efectivos como en calidad para defenderse en esta Liga. A base de mucha entrega y trabajo intentan compensar sus claras deficiencias. Es un equipo al que le cuesta anotar, de hecho es el único de la competición que aún no ha alcanzado el millar de puntos. Sus porcentajes de lanzamientos son bajos —su 42% en tiros de campo solo supera el 41,1% del Barcelona B y el 41,4 del Palencia— y además es el conjunto que realiza menos recuperaciones, apenas cuatro por partido, lo que limita sus opciones de puntos fáciles en transición o contrataque. Su juego interior depende de tres jugadores llegados del Huesca, que la pasada temporada finalizó la Liga en la antepenúltima posición: Mirza Bulic, máximo reboteador y tercer anotador del equipo, Andrija Simovic y Marcos Portález, y un jugador como Víctor Serrano, que el año pasado en el Palma tampoco tenía un excesivo protagonismo. Dentro de las zonas, la diferencia entre todo lo que ofrece el Breogán y lo que puede presentar el Sammic debería ser suficiente para desequilibrar el partido.
El peligro del Sammic actual, al margen de la notable actitud de sus jugadores, reside en el acierto en el lanzamiento exterior de tres jugadores, los que provocan que su porcentaje en tiros de campo aún no sea más bajo, como son el estadounidense Kenneth Kaminski, un ala-pívot de 2,05 metros que tira el doble de veces de tres puntos que de dos y además con un notable porcentaje del 43% (35 triples de 82 lanzamientos); un tirador puro. También exhibe un buen porcentaje el escolta de Sierra Leona Joe de Ciman, con 24 triples en 43 lanzamientos (37%), y el base Gaizka Maiza, cedido por el Bilbao Básket y que junto con De Ciman son dos de los cuatro jugadores que siguen en la plantilla de la temporada pasada.
