Bandera celeste en Filipinas

Pablo López sigue con pasión al Breogán desde su residencia en el país asiático. El lucense adelantó sus vacaciones para asistir a los partidos del play off de ascenso ante el Ourense
Pablo López posa este lunes por la tarde en Lugo.
photo_camera Pablo López posa este lunes por la tarde en Lugo.

El seguimiento al Ribeira Sacra Breogán no se limita exclusivamente a Lugo. Ni siquiera a Galicia. Muchos lucenses que por distintas razones, generalmente profesionales o de estudios, se ven obligados a vivir en los lugares más recónditos del planeta no dejan de seguir al día las evoluciones del club lucense.

Pablo López es un lucense que lleva algo más de cuatro años residiendo en Palawan (Filipinas). Su breoganismo le llevó a adelantar sus vacaciones para intentar llegar -no fue posible a ninguno de los que se jugó en Lugo- a presenciar en directo los últimos encuentros del play off final de ascenso. «Nuestra idea era venir en agosto pero estábamos pendientes del Breogán y quisimos llegar al cuarto partido, aunque problemas profesionales lo impidieron», dice.

"Cuando el Breogán juega en Lugo nos levantamos todos en casa a las 3 de la madrugada para ver el partido"

Pablo, que en Filipinas se dedica al alquiler de embarcaciones, habla en plural porque su sentimiento hacia el Breogán -acumulado a lo largo de los años ya que dice fue seguidor durante toda su vida- se lo ha traspasado a Nerea de Diego, su compañera. «Soy vasca, aunque mi familia reside en Vigo. Me enganchó el Breogán esta misma temporada, fui al Pazo a ver el partido contra el Peñas y me gustó mucho. Era el primer partido de baloncesto que veía y todo, el ambiente y el juego, me encantó», comenta Nerea, que además desvela que ahora, al igual que Pablo, sigue a través de internet todos los encuentros del Breogán. «Cuando juega en Lugo nos levantamos a las tres de la madrugada. Vemos todos los partidos y, además, seguimos toda la actualidad del club a través de las redes sociales, la prensa y también por medio de los foros», dice.

Pablo y Nerea vivieron, como tantos breoganistas, la decepción de no haber conseguido el ascenso. «Fue terrible. Esta temporada esperábamos el ascenso, pensábamos que ya tocaba y fue un palo», comenta Pablo, quien además confiesa haber realizado la promesa de «pintar en la vela de mi barco, el ‘Vanini’, el escudo del Breogán: espero poder hacerlo al final de la próxima temporada».

Y es que casi sin reponerse del varapalo que significó no haber ascendido, Pablo López ya piensa en la próxima temporada: «yo tengo claro que tanto el Breogán como su afición y la ciudad ya son de ACB, ahora falta refrendarlo en la pista. Y estoy seguro de que ya falta un día menos para el ascenso. No hay mejor año para conseguirlo que el que viene en el que se cumple el cincuenta aniversario del club. Es el momento para hacerlo y, además, como se ha visto, contando con el apoyo de una gran masa social».

Una de las premisas que consideran básicas, tanto Pablo como Nerea, para conseguir el salto de categoría es la continuidad del técnico, Lisardo Gómez. «Somos lisardistas a muerte. Lo que me gusta de él es que es el más breoganista de todos. Es un entrenador que sufre en las derrotas y que conecta con el público. Además, es de Lugo. Está claro que pudo cometer errores pero lo bueno es que se corrigen y esta temporada hizo un trabajo magnífico», finaliza Pablo López.

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