Una árbitra lucense suspende un partido de infantiles por amenazas hasta que llega la Policía

Tania Fente detuvo el choque Polvorín-Amio de la Liga Gallega infantil al no cesar en sus insultos los aficionados visitantes

Tania Fente, de espaldas, tras la suspensión del partido. ANA SOMOZA
photo_camera Tania Fente, de espaldas, tras la suspensión del partido. ANA SOMOZA

La colegiada lucense Tania Fente suspendió el partido de la fase de permanencia del grupo norte de la Liga Gallega infantil entre el Polvorín y el Amio ante las amenazas e insultos de hinchas del equipo visitante, parte de ellos padres de los jugadores. La colegiada se dirigió al delegado de campo para pedirle que parase la situación y, al no cesar los aficionados en su actitud a instancias, requirió la presencia de la Policía Nacional, tal como fija el protocolo aprobado por la Federación Galega de Fútbol para el fútbol base.

Al llegar los agentes, que se dirigieron a los espectadores para efectuar una llamada a la calma, la árbitra accedió a que ambos equipos, que se habían retirado a los vestuarios, saliesen de nuevo al campo.

La suspensión del choque se produjo al cuarto de hora de la segunda parte. Tania Fente señaló una mano a un jugador del Amio, lo que cortó una jugada de contragolpe del cuadro santiagués. Un grupo de espectadores visitantes reaccionaron airadamente, aunque algunos ya lo venían haciendo de forma reiterada.

Fente se dirigió al delegado de campo del Polvorín para indicarle que suspendería el choque si esas personas seguían con su postura beligerante. Pasado algo más un minuto decidió suspender el partido. Los jugadores marcharon a la caseta, mientras se reclamaba la presencia de la Policía en el recinto deportivo.

Tras la llegada de los agentes, que se dirigieron a los padres para exigirles el cese de su actitud, se procedió a la reanudación del juego, tras un parón de unos veinte minutos.

La suspensión temporal del choques afectó a los futbolistas de ambos equipos, a los que les costó coger el ritmo. El choque se cerró sin más incidentes, con la salvedad de la expulsión de un jugador visitante, a dos minutos del final, cuando celebraba el gol de la victoria de su equipo, que se impuso por 0-1. Fente le mostró la tarjeta amarilla y, acto seguido, la roja, por entender que le faltó al respeto. El menosprecio o los insultos graves del público pueden conllevar sanciones a los clubes.

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