Álex Ortiz: "Sabemos que la exigencia en Segunda RFEF será muy alta"

El preparador del filial del Lugo habló sobre el ascenso del equipo a la cuarta categoría del fútbol nacional y valoró en positivo lo que va a suponer para el club
Álex Ortiz posa delante de la sede de El Progreso. SEBAS SENANDE
photo_camera Álex Ortiz posa delante de la sede de El Progreso. SEBAS SENANDE

La sonrisa del que recoge los frutos de su buen trabajo. El orgullo del que habla de su gente, de los que han estado con él, de los que han luchado con él, de los que han sufrido con él. Álex Ortiz lleva esa sonrisa en el espíritu y la transmite con esa mezcla de amabilidad, humildad y sabiduría que han dejado una huella imborrable en el Polvorín. Un filial del Lugo que ha crecido, de la mano del técnico malagueño, hasta la Segunda RFEF en un ascenso merecido.

El presidente Tino Saqués aseguró su continuidad el año que viene, ¿Será un reto para usted dirigir al Polvorín en Segunda RFEF?
Sí. Dirigir a un equipo, sea en la categoría que sea, siempre es un reto. Siempre intentas hacerlo lo mejor posible. Sabemos que la exigencia va a ser muy alta porque subimos un escalón y nos encontraremos a equipos con más presupuesto, a jugadores con más experiencia, con mayor bagaje, jugadores que vienen bajando de categoría, de Primera a Segunda RFEF, y que están en la ápoca final de su carrera y en cambio nosotros estamos comenzándola. 

El ascenso fue sufrido hasta el final. ¿Le dio un vuelco al corazón en la última jugada del Viveiro?
Sí. Fue una ocasión clara de gol fruto de los nervios de los últimos minutos del partido. Hasta los últimos quince o veinte últimos minutos del partido lo tuvimos medianamente controlado, pero cuando estaba más cerca cometimos errores a nivel defensivo. Por suerte Maxi pudo sacar ese balón al final y quedó solo en un susto.

¿Pensó que el partido iba a ser tan complicado?
Sí. Nada tenía que ver el partido de la ida con el partido de la vuelta. En la ida el marcador se nos puso muy de cara muy pronto porque marcamos en el primer o segundo minuto. Pero para este encuentro el Viveiro venía con muchos partidos sin perder, siendo el equipo que menos goles encajaba en la segunda vuelta. Sabíamos que iba a ser muy duro porque ellos también tenían muchas cosas en juego. Habían cambiado el sistema con respecto a lo que habíamos visto en la primera vuelta. Creo que es un equipo muy rocoso y muy bien trabajado.

¿Temió por el triunfo? 
Realmente no hubo ningún partido en el que haya tenido miedo. Probablemente el Estradense en la ida, que creo que fue el partido en el que peor hicimos la cosas y, a pesar de eso, conseguimos ganar en la última jugada. Siempre estás alerta porque sabes que el fútbol son detalles y todo puede cambiar en cualquier momento, pero tenía mucha confianza en el equipo y en los que estaban.

No quería que el parón por la lesión del árbitro nos pasara factura a nivel mental

¿La sustitución del árbitro fue perjudicial?
Tiene muchas lecturas. Justo cuando se lesiona el árbitro fue un momento del partido en el que estábamos con mucho ritmo. Eran los minutos finales del primer tiempo y queríamos irnos al descanso con un resultado positivo. Cuando el árbitro detiene el juego y veo que se gira hacia los banquillos pensé que le habían comentado algo por el pinganillo y que había pasado algo en la grada, en los banquillos o algo. Cuando vimos que no podía continuar pensábamos que iba a ser algo pasajero, de unos minutos, y que podríamos seguir. Cuando hablamos con él nos dijo que no podía ni caminar, que no podía estar ni de línea. No quería cometer ningún error. Entonces esperamos a que nos dijeran algo desde la Federación. Mi mayor preocupación en esos momentos era que no nos enfriáramos, porque íbamos a jugar cinco minutos y luego llegaría el descanso, que fue más corto de lo normal. No quería que nos pasara factura a nivel mental.

¿Entiende las críticas del Ourense CF? ¿Fue decisivo como ellos dicen?
Entiendo perfectamente al Ourense CF y a todos los equipos implicados. Entiendo que ellos pensaran que se tendrían que haber parado todos los partidos, pero es que fue un caso tan particular, que no fue algo que ocurriera en el campo o en la grada, sino una lesión fortuita del árbitro. No fue algo para lo que estuviéramos preparados. Incluso fue un mal día para el árbitro porque quería continuar y no podía. Pero en una Liga en la que se compite durante tantos meses no creo que esto haya influido para que nosotros hayamos ascendido. Yo hablé con el míster del Ourense CF y me felicitó, me dio la enhorabuena por lo conseguido. Tenemos una buena relación y creo que sus palabras fueron fruto del calentón del momento. Le deseé toda la suerte del mundo para el play off.

¿De quién se acordó cuando el ascenso fue un hecho?
De mi familia. Ellos han vivido mis inicios como entrenador en diferentes equipos de Málaga y ahora que llevo tres años fuera de casa, uno en Rumanía y dos aquí, ellos siempre que han podido  han seguido por prensa, radio o televisión los partidos y los avances. Sabía que lo estaban viviendo con mucha ilusión. Me hubiera encantado que hubieran podido venir para este último partido, pero no fue posible. También me acordé de todos los jugadores, de los que estaban en el banquillo y no pudieron jugar y de los que estaban el año pasado, porque fueron muchas horas juntos.

De todas formas, el ascenso es el premio a una temporada larga y con final feliz…
Sí. Es verdad que ahora, ya un poco más reposados, estamos disfrutando mucho de lo conseguido. Creo que no somos conscientes del hito para el club y la ciudad tener el equipo filial en la Segunda RFEF. Esto no solo fueron diez meses, sino que son dos años luchando aquí, muchas horas de entrenamientos, de vídeo, de reuniones, de lidiar con problemas individuales y colectivos del equipo… Trabajamos mucho pero también disfrutamos mucho porque hay un grupo fenomenal.

¿Qué nota le pone a los chicos?
Sobresaliente. Si tuviera que hablar a nivel colectivo sería esa la nota. Hay jugadores que he tenido estos dos años y que han tenido un crecimiento espectacular. No quiero hablar de nombres, porque el éxito ha sido colectivo y no individual, pero ha habido jugadores que han crecido mucho estos dos años. Recuerdo los primeros días con ellos, en la pretemporada del año anterior y su nivel actual y veo la evolución y la madurez, dentro y fuera del campo. Eso es lo que nos ha hecho fuertes. Se ha formado una familia aquí.

Álex Ortiz. SEBAS SENANDE
Álex Ortiz. SEBAS SENANDE


¿Dónde estuvo la clave del ascenso?
La pretemporada no fue buena a nivel de resultados, pero sí a nivel de experiencias. Cometimos muchos errores y solo ganamos un partido en la pretemporada, no dimos buena imagen… La temporada empezó más tarde para nosotros porque el primer partido era el de descanso, la segunda jornada no pudimos jugar por tema de covid… La temporada empezó trastabillada, pero sí que hemos sido un equipo que ante cualquier rival y ante cualquier circunstancia hemos sabido competir. Ante cualquier rival hemos sabido ganar y hemos sabido perder.

¿El ascenso era el objetivo desde el principio?
No. Ni esta temporada ni la pasada. Nuestro objetivo a nivel clasificatorio era el estar lo más arriba posible. Este era un año de transición en el que se marcharon varios jugadores que habían estado varios años en el filial, como Morais, Manu, Quindimil, Escobar, Cristian… Era un año para que los jugadores nuevos en la categoría se adapten a ella para el año que viene dar un salto de calidad. Quemamos etapas pronto y así vimos en la temporada que se podía acercar o ser factible el ascenso, pero sin volvernos locos. El verdadero objetivo era mejorar a nivel individual a los jugadores, acercarlos al primer equipo, pero cada jornada parecía más cerca y más factible. Desde el cuerpo técnico siempre tratamos de parar siempre la euforia, pensar siempre en la siguiente jornada. Antes del partido de Bouzas, a falta de poco para el final, se hablaba en el ambiente de que íbamos a estar ahí y en el vestuario se prohibió hablar de ascenso, solo se podía hablar de Bouzas.


¿Qué partido fue el más decisivo?
Creo que Ourense si hablamos del tramo final de la temporada. Creo que fue el partido más importante a nivel mental. Si tengo que hablar de alguno en la primera vuelta posiblemente el de Somozas, el de Barco, porque habían empezado muy bien y fuimos a Calabagueiros y logramos una gran victoria. Esos tres o cuatro partidos fueron los más importantes.

¿Notaron la presión en las últimas jornadas?
Intentamos aislarnos, siempre le decíamos a los jugadores que lo importante era el día a día, el salir del entrenamiento y pensar en el siguiente día, pero este es un equipo muy joven. Esos nervios también le pasan a los equipos veteranos cuando se juegan algo en la clasificación. Eso es normal. La importancia es cómo gestiones esos nervios. Lo que hicimos para los últimos partidos, sobre todo para los dos últimos, en Noia y ante el Viveiro, fue, durante la semana, ir preparando contextos que nos podíamos encontrar. Por ejemplo, qué íbamos a hacer si nos poníamos 1-0 o si el rival empezaba ganando, o si hay una expulsión. Todo eso lo preparamos durante la semana para que, si nos ocurría en el partido saber que todo el mundo tuviera claro lo que teníamos que hacer. Creo que todo eso nos ayudó.

Idrissa es un jugador de una calidad tremenda

¿La llegada de Idrissa en invierno fue imprescindible para haber ascendido?
Es un jugador de una calidad tremenda. Ahora está con el Ramadán, con la dificultad que ello tiene porque están sin alimentarse y sin beber. Y aún así lo veías que él quería estar en el partido. Tanto él como Khadre (Gueye) llegaron a la plantilla con la idea de sumar en un momento complicado porque fue cuando se marcharon Nico, Vidal y Gabarre, pero fue un toque de alegría que le vio bien a la plantilla.

¿Qué le aportará la nueva categoría al club y a los jugadores?
Al club le va a ayudar a que la cantera esté cada vez más cerca del primer equipo. Ahora, los jugadores que terminaban la categoría de juvenil en División de Honor jugaban en Tercera RFEF y ahora lo harán en Segunda RFEF. Los partidos serán de mayor ritmo, con gente más veterana y creo que eso puede ayudar al desarrollo de los jugadores para que, cuando tengan que debutar en el primer equipo, la distancia sea un poco más pequeña.

¿Ve futuro en los canteranos del Lugo? ¿A quién ve en el primer equipo?
En cuanto a nombres es complicado porque este deporte también lo es. Si tuviéramos una varita mágica para decir que este va a llegar y llega estarían todos los equipos peleándose por nosotros (ríe). Para llegar influye mucho la suerte, el contexto… Pero si alguno tiene la suerte de poder llegar y mantenerse todos los que hay en el filial tienen una ilusión tremenda. Muchos llevan mucho tiempo en el club y sienten los colores y el escudo como parte de sí mismos. El Lugo, a pesar de que lleva muchos años en Segunda, a nivel presupuestario no es como otros clubes y es complicado. Hay que sacar resultados desde el primer día, pero ojalá algún día alguno de ellos tenga la oportunidad de llegar y en cuanto el club y el cuerpo técnico lo consideren necesario ellos estarán encantados de colaborar en todo lo que puedan.

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