Un equipo modificado salvo en la incapacidad para sumar de tres en tres. Un club mejorado en cuanto a juego y sensaciones, en su capacidad de competir y que buscará la primera gran alegría para su nuevo entrenador, Fran Fernández. El Lugo se encontrará este viernes (21.00 horas) con un Alcorcón que ha cambiado con la llegada del preparador almeriense pero que solo ha logrado un empate por tres derrotas.
Como el club alfarero, el Lugo que cuenta con menos puntos de los que debería por el fútbol desplegado, su competitividad en la Liga y su capacidad para estar siempre en los partidos, independientemente del pelaje del rival que se encuentra.
Pero la diferencia es que el conjunto rojiblanco ha contado con una identidad fija desde la pretemporada. Desde julio, Rubén Albés ha jugado con tres zagueros y dos carrileros en fase defensiva y tres centrocampistas, dos extremos y un punta en la ofensiva. El juego directo y las transiciones son la forma de penetrar en el terreno contrario para contar con la segunda mejor marca goleadora en las primeras 17 jornadas en Segunda División: 22 tantos.
Esa estabilidad ha permitido a Albés construir un Lugo de menos a más, que se encuentra en una posición cómoda y que viajará a Santo Domingo para jugar contra un rival al que le saca doce puntos de ventaja.
El Alcorcón inició la temporada con Juan Antonio Anquela en el banquillo. El andaluz probó distintos sistemas, desde un 4-4-2 hasta defensa de cinco e incluso el 4-3-3 con tres centrocampistas defensivos. No le sirvió al de Linares, que fue despedido tras sumar 3 puntos de 18 posibles.
Su sustituto fue el técnico del filial, Jorge Romero, quien optó por formar con un 4-2-3-1. Estuvo al frente del conjunto alfarero siete partidos, de los que perdió cinco, empató uno y ganó otro sin lograr la formación de un equipo sólido y equilibrado.
La llegada de Fran Fernández permitió que el fútbol del conjunto madrileño fuera más competitivo, pudiera disputar la pelota a equipos como el Éibar o el Tenerife, pero no fue capaz de encontrar el camino de la regularidad en cuanto a puntos en su casillero.
El preparador andaluz —versátil en el pasado en sus planteamientos y dibujos— forma con una zaga de cuatro, tres centrocampistas por dentro —con Zarfino y Gorostidi en la contención y Juanma con más libertad para descolgarse hacia la segunda línea— y un frente de ataque donde Hugo Fraile y Juan Hernández suelen finalizar más que optar por centros laterales. Arriba, Marc Gual es el nueve de referencia que trata de convertir en goles los balones que le llegan.
