Adrián Ben logró un histórico quinto puesto en la final olímpica de los 800 metros lisos. Hubiera sido histórico igualmente aunque acabara noveno, porque ningún español había logrado clasificarse para la final de la modalidad. Hubiera sido histórico igualmente si se hubiese quedado en las semifinales, teniendo en cuenta la edad –hoy cumple 23 años– y las marcas con las que llegaban los rivales. Hubiera, hubiera, hubiera, pero eso a Adrián le da igual. Porque él avisó de que venía a por todas. Avisó de que no firmaba ningún puesto por debajo de la sexta plaza –también histórica– que logró en el Mundial de Doha. Y eso fue exactamente lo que consiguió. Un quinto puesto apoteósico que lo eleva a los altares del atletismo gallego.
23 años cumplidos en el día de hoy y Adrián Ben es ya el gran nombre del medio fondo masculino español #TokyoRTVE4A
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"Me quedo un poco disconforme, porque a falta de 100 metros me he visto con progresión y pensé que cogía una medalla"https://t.co/x9r1Uj8o2D pic.twitter.com/6j5cRWNxem
El día quedará también en la historia de Viveiro, que salió a la calle para animar a su compatriota, y del resto de la provincia de Lugo, que se pegó a la televisión como los días grandes. Vibrando al inicio de la carrera y disfrutando el grandioso final.
Ben empezó tranquilo, observando a sus rivales desde la cola del grupo, pero sin perder comba con la cabeza. Como en las semifinales, evaluando a sus rivales. Esperando su momento. Agazapado, pero con la tensión necesaria para llegar al final con vida.
Así ha sido la carrera de Adrián Ben (@adryben44) en la final de 800m
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🏃 El atleta gallego ha cruzado la línea en 1:45.96, nueve décimas por detrás del ganador, el keniano Emmanuel Korir. #TokyoRTVE4A https://t.co/ENJTppmkvw pic.twitter.com/ppBUiHvKRu
Bol encabezó el grupo al final de la primera vuelta, con Ben desde el exterior. Mediado el segundo giro, el vivariense cambió el ritmo, confiando en su excepcional final. Ben aguantó, apretó los dientes, y se negó a rendirse. El dúo keniata –oro y plata– era demasiado fuerte, pero Adrián sabía que podía pelear con el resto de rivales. Y es lo que hizo.
Sus primeras declaraciones: "Se me han quedado ahí las medallas"
En la recta de meta, cuando los metros se convierten en kilómetros, cuando cada zancada puede suponer el desvanecimiento final, Adrián sacó su gen competitivo, su aliento oculto en ese corazón enorme, y rebasó por el centro a Amel Tuka y a Tual, rubricando esa quinta plaza con un tiempo de 1:46:96 que lo consagra como una pieza imprescindible del futuro –¡23 años!– y del presente del atletimo mundial y un referente para la historia.