Adiaratou Iglesias amplió su botín en el Mundial paralímpico de Dubái al conseguir la medalla de plata en la prueba de 200 metros (categoría T-12 para atletas con discapacidad visual). La lucense repite el puesto que logró el pasado lunes en la final de 100 metros.
La medalla de plata lograda este martes, como sucedió en el caso de la de los 100 metros lisos, le vale para ganar una plaza para los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020. Adiaratou cerrará su participación en el Mundial formando parte mañana del relevo universal, en una prueba en la que tienen pocas opciones de repetir los éxitos logrados hasta ahora en el Mundial de Dubái.
Y es que además de subirse al podio en las dos pruebas, la deportista del Lucus Caixa Rural deja unos registros espectaculares. En los 100 metros marcó en meta un tiempo de 11.99 segundos, a 6 centésimas del récord gallego absoluto (no solo para atletas con discapacidades). En los 200 demostró por qué es su prueba favorita. En las series del pasado lunes batió el récord gallego absoluto al cubrir el doble hectómetro en 24.58 segundos, mejorando el registro que el pasado mes de junio había logrado Paula Iglesias (Riazor Coruña en Lugo: 24.64.
No contenta con ello, Adiaratou mejoró su propia marca este martes en la ronda de semifinales (24.45), registro que superó en la final al cruzar la línea de meta en 24.31 segundos.
Tres años después de llegar a Logroño se trasladó a Lugo, donde destacó desde muy pronto en las pruebas de velocidad
La medalla de oro, al igual que había sucedido en la prueba del hectómetros, fue para la gran favorita, la cubana Omara Durand, que firmó su mejor marcar de la temporada (23.57 segundos). La medalla de bronce fue para la ucraniana Oksana Boturchuk (24.44), mientras que en la cuarta plaza entró la rusa Ana Kulinich-Sorokina (24.89).
La deportista lucense destacó la calidad de la final de este martes a su conclusión. "A carriera foi moi difícil, cheguei a meta en branco. O importante é que melloramos a nosa marca e as sensacións son boas", apuntó.
Adiaratou pone un broche de oro a su temporada con estas dos medallas de plata, que le confirman como una de las realidedes del atletismo gallego. Nacida en Bamako (Mali) en el mes de febrero de 1999, llegó a España, en concreto a Logroño, en el año 2010. Lo hizo porque en su país los albinos son perseguidos al creer que traen mala suerte, y por eso hay gente que intenta matarlos o cortarles un miembro para tener buena suerte.
Tres años después de llegar a Logroño se trasladó a Lugo, donde destacó desde muy pronto en las pruebas de velocidad. Ahora mismo, a las órdenes de su entrenador, Adolfo Vila, puede decirse que es la mejor velocista gallega.
