Abel Riveira Pena: ''Espero que los aficionados tarareen el himno del Guitiriz''

LA BANDA DE MÚSICA de Guitiriz acaba de celebrar su décimo aniversario y en todos estos años Abel Riveira ha sido su responsable. Profesor y agrupación acaban de presentar en sociedad el himno del equipo de fútbol local, justo antes del inicio de un nuevo curso. Este vilalbés es un músico todoterreno que lleva la batuta de la banda municipal de Guitiriz y de la escuela de música de esta localidad, además de ser el jefe de estudios del conservatorio de As Pontes. Este trompetista, que dio sus primeros pasos musicales a las órdenes del reconocido Pepe Guntín, trabaja de lunes a sábado, imparte clases de viento madera en Guitiriz y As Pontes y además continúa con su propia formación, ya que estudia dirección de banda en el Instituto Superior Europeo Bandístico (Iseb), que tiene su sede en la localidad italiana de Trento.

El pasado domingo se presentó el himno de la SD Guitiriz, ¿cómo surge esta iniciativa?
El presidente del club de fútbol habló conmigo en primavera y me dijo que sería muy bonito que el equipo tuviera un himno que sonara cuando los jugadores saltaran al campo. A partir de ahí lié a Brais Monxardín, el profesor de piano de la escuela de música, y a Alfonso Blanco, de Xermolos, y entre los tres lo compusimos. Brais se encargó de la música, Alfonso de la letra y yo lo arreglé para la banda. Creo que entre los tres hemos hecho algo curioso.

¿Qué estilo le han querido dar?
Lo primero en lo que pensamos fue en otros himnos y en el tipo de himno que queríamos nosotros y decidimos que fuese algo solemne, que le impusiera a los contrarios y que hiciera sentirse orgulloso a los aficionados.

¿Qué cree que le aporta un himno a un equipo?
Un himno es como la bandera o como los colores de un equipo. Es una señal de identidad y espero que los aficionados se identifiquen con él y lo acaben tarareando. Ése es el objetivo.

La banda municipal de música de Guitiriz acaba de cumplir una década de vida, ¿cómo fueron los inicios?
Difíciles y complicados. Guitiriz era un sitio sin tradición de banda, no sabían lo que era, así que fue complicado, por el presupuesto y por la gente. Así empezamos a rodar, haciendo todo lo que puede hacer una banda.

¿Qué evolución ha experimentado la banda desde entonces?
Partimos desde cero, porque no sabían ni los instrumentos que hay en una banda y hemos ido avanzando y mejorando hasta que el año pasado fuimos al Certamen Galego de Bandas y nos llevamos un premio a la mejor interpretación de música de autoría o temática gallega.

¿Cómo definiría a la banda de Guitiriz?
La señal de identidad de la banda de Guitiriz, o al menos lo que yo he intentado, es que se adapte a lo que va a hacer, tanto a tocar en un campo de la fiesta como en un auditorio. Personalmente me gusta más tocar en un auditorio y obras para banda, pero también hay que adaptarse a lo que el público quiere. De hecho, ése es el objetivo, saber combinar lo que quiere el director con lo que quieren los músicos y con lo que quiere nuestro público.

Han creado también una banda infantil, ¿con qué propósito?
La banda infantil, que integra a 18 niños de siete a once años, tiene que ser el motor que mueva la banda municipal. Funciona como cantera y debe ser la prioridad, porque la banda municipal ya funciona por sí sola. Uno de los principales problemas de las bandas, no sólo de la de Guitiriz, es que la gente se va, por estudios, por trabajo... y siempre es necesario estar surtiendo desde abajo.

¿Por qué deja la gente de tocar?
Creo que hay varias razones, puede ser que no sea lo tuyo y eso es lógico. Hay quien se aburre con la música y no tiene suficientes estímulos para seguir. Además, falta esfuerzo individual.

¿Cómo están de salud la banda y la escuela de música de Guitiriz?
La banda está estable. No podemos decir que estamos en nuestro mejor momento, pero tampoco en el peor. El nivel musical es aceptable, aunque no todo lo bueno que me gustaría. El estado de la escuela también es aceptable y, hasta el momento, los profesores están funcionando muy bien. Está abierto el plazo de matrícula para este curso y esperamos superar los 65 alumnos del curso pasado, creo que alrededor de 80 sería un buen número. Nuestra oferta incluye viento metal, viento madera, percusión, piano y guitarra.

¿Y a nivel chairego?
A nivel de alumnado está bien pero a nivel de agrupaciones o bandas ya no lo está tanto. Hay problemas de compromiso por parte de los músicos para asistir a los ensayos o a los conciertos. Es difícil encontrar gente que se comprometa y por eso luchamos todos. Creo que en general falta compromiso por parte de los padres, los alumnos y las autoridades, es un círculo.

¿Qué diferencia hay entre la escuela y el conservatorio?
O muchas o ninguna, depende del alumno. En la escuela se intenta hacer lo mismo que en el conservatorio, pero si el alumno no quiere llevar ese ritmo adaptas el currículo a sus necesidades. Los profesores son los mismos, pero el rango de oficialidad es distinto.

En el conservatorio no se admiten alumnos hasta los ocho años, ¿hay una edad idónea para iniciarse?
Depende del instrumento. No es lo mismo tocar un clarinete que una tuba y hay quien empieza con cuatro años y funciona bien y otro a los seis ya está aburrido. Creo que no hay una edad idónea, aunque es difícil para los que empiezan después de los 15 años, porque se quiere todo ya y no se tiene paciencia para seguir el proceso de aprendizaje.

¿Cuál es el camino a seguir para convertir la música en una profesión?
El camino es el conservatorio, por supuesto. Una vez que finalizas el grado profesional (el antiguo grado medio) ya sabes si te gusta o no para acceder al superior. Hay mucha gente que se queda ahí.

¿Hay que salir fuera para progresar en la música?
Sí. Aquí hay muy buenos profesores, pero hay que salir fuera para buscar diferentes puntos de vista. Se aprende tanto lo que se debe hacer como lo que no.

Estudia dirección, ¿cuáles son los requisitos a cumplir para poder coger una batuta?
Creo que no hay ninguno, sólo tener claro lo que quieres hacer en una interpretación, porque el director es quien interpreta la canción, no los músicos.

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