Se esperaba la visita del Palencia Baloncesto, vigente campeón de la LEB, con cierto interés porque se consideraba al conjunto castellano como el mejor termómetro para calibrar el nivel real del Cafés Candelas Breogán después del fulgurante arranque liguero del conjunto lucense. Y la respuesta de los de Natxo Lezkano no dejó lugar a la duda.
Y lo de este martes tiene mérito. No solo por ganar a la posiblemente mejor plantilla de la Liga, sino por la forma en la que se hizo. El Breogán no pudo contar por lesión con Geramipoor, el único 'cinco' de suplantilla y además tuvo que poner en liza a un Salva Arco tocado.
Con el importante hándicap que implica jugar con un juego interior muy limitado tanto en efectivos como en centímetros ante un rival que pone en liza a hombres como Otegui o Barnes, el Breogán respondió con una gran actividad en defensa, con ayudas constantes y un esfuerzo físico inconmensurable para tratar de compensar su desventaja.
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