88-65. Un desconocido Río Breogán cae ante el malherido Urbas Fuenlabrada

El conjunto celeste solo aguantó el vendaval ofensivo del rival durante los primeros 10 minutos
Un lance del encuentro entre el Urbas Fuenlabrada y el Río Breogán. ACB
photo_camera Un lance del encuentro entre el Urbas Fuenlabrada y el Río Breogán. ALBA PACHECO

El Río Breogán solo aguantó un cuarto la voracidad de un malherido Urbas Fuenlabrada, que sabía de la importancia de este partido. El acierto desde el perímetro de los locales y su manifiesta superioridad en el cinco para cinco, permitieron al equipo dirigido por Josep María Raventós sentenciar el partido en el tercer cuarto.

La superioridad de Eyenga y Alexander en la zona, unido a la extraordinaria muñeca de Emegano y Cheatham hicieron el trabajo para el único equipo que hizo méritos para llevarse la victoria sobre la cancha del pabellón Fernando Martín.

Veljko Mrsic dejó claras sus bazas desde el salto inicial con la entrada en el quinteto incial de Sergi Quintela, Kacinas y Sakho para frenar el apartado anotador de un equipo fuenlabreño capitaneado por Emegano, quien abrió el partido con una triple.

Los jugadores suplentes del Urbas anotaron 39 puntos, por solo 19 de los celestes

El Río Breogán no dejaba pensar al Fuenlabrada y buscaba las jugadas en transición para anotar con facilidad en los primeros compases del partido. Mientras tanto, la defensa zonal 2-3 planteada por el técnico croata ofrecía un resultado positivo de un Urbas Fuenlabrada que se va a más de 90 puntos en su partidos como local.

La entrada de Mahalbasic al partido dotó al ataque local de mayor versatilidad dentro de la zona. El pívot austríaco atraía a los defensores y dejaba el camino libra para que el juego de perímetro lucense hiciese de las suyas con la rotación de banquillo aportando puntos y dureza dentro de la zona.

Emegano capitanea la ofensiva de los afitriones, que no pudieron despegarse de un pegajoso equipo lucense bien plantado atrás y resolutivo desde el perímetro, con Iván Cruz y Kalinoski como estiletes (21- 21), al final del primer acto.

La manifiesta superioridad de los locales desde el 6,75 rompió el partido después del descanso

Los locales buscaban las transiciones rápidas para correr el contragolpe y encontrar la espalda de los breoganistas. Así las cosas, Mendes salió del banquillo para adelantar a los suyos (29-25) a 6.51 minutos para el final del segundo acto. A este hecho se unió Alexander, quien despertó de su letargo ofensivo para liderar un parcial de 9-0 favorable al equipo dirigido Josep María Raventós. 

El Río Breogán reaccionó rápidamente y recortó la ventaja (32-27). La inspiración de Alexander mantiene la ventaja local ante un equipo celeste demasiado fallón desde la línea de 6.75 metros.

La necesidad inmediata era el punto de origen del fulgurante final que protagonizaba el Fuenlabrada, ya que no tenía otra opción si no quería acabar con los dos pies en la Liga LEB, un pozo sin fondo.

Un lance del encuentro
Un lance del encuentro entre el Urbas Fuenlabrada y el Río Breogán. ACB

REBOTE. La superioridad en el rebote, 14 a 9, daba demasiada ventaja interior a un malherido plantel madrileño. Mrsic movía el banquillo como si se tratase de un carrusel, para mantener frescos a los hombres importantes después del descanso.

Kalinoski y Cruz mantenían su buena mano para interrumpir la amenaza exterior del rival, con un parcial de 8-8 justo después del paso por los vestuarios. El puñetazo en la mesa del Río Breogán no hizo sino agitar el hormiguero y hacer que los locales reaccionasen comandados por Cheatham, que con dos triples seguidas daba paso al recital en ataque del rival de los celestes, que comenzaban un calvario hasta el bocinazo final.

Mrisc reorganizó la defensa zonal, pero ni por esas. El tiro exterior de los fuenlabreños se convirtió en su mejor arma para afianzar una victoria, que cada vez veían más cerca.

Por si este factor fuese poco, los jugadores más relevantes del equipo lucense tampoco hacían nada para permitir este partido entre dos de los equipos con los presupuestos más humildes de la categoría.

Lukovic parecía perdido en la zona ante Alexander y Eyenga, que se convirtió un coloso imposible de sobrepasar en ambas zonas. No tuvo rival y campó a sus anchas por la pintura para finalizar sus jugadas con mate o canastas debajo del aro.

Mientras, el Río Breogán manifestaba una preocupante falta de energías en la antesala del último cuarto. Solo los hermanos Quintela, y Kalinosli, en menor medida, ofrecían una versión mejorada de la mediocridad ofrecida por un equipo que olvidó, por momentos, la identidad que le valió sellar la pemanencia en la ACB varias jornadas atrás.

TRANSICIONES. Así las cosas, la velocidad en las transiciones del Urbas se mantenía en pleno apogeo, con el consiguiente aumento de la renta en el luminoso, que llegó a los 26 puntos.

Desde este momento el efecto sorpresa del Río Breogán se esfumó, y los locales mantenían un extraordinario acierto en el tiro para desmantelar, una y otra vez, una defensa que nunca se mostró resolutiva. Ni siquiera el fundamental trabajo de Iván Cruz tuvo oportunidad de salir a flote.

El partido fue un querer y no poder por parte de los lucenses. La intensidad en la ACB marca el designio de los partidos, y la de este martes del equipo dirigido por Veljko Mrsic brilló por su ausencia.

Ni siquiera las constantes rotaciones paliaron un desesperante ataque estático que solo acaba en buen término, en su mayor parte, gracias a jugadas de carácter individual protagonizadas por Kalinoski o Sergi Quintela, dos jugadores acostumbrados a echarse el equipo a la espalda en momentos cruciales.

Tuvieron que hacerlo así, porque Mahalbasic sufrió la envergadura de Alexander y la fuerza brutal del atlético Eyenga, por el que no pasan los años, y no pudo ver el partido con claridad, como en tantas ocasiones hizo durante la presente temporada que esta a punto de finalizar.

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