Costó, vaya si costó, pero por fin el Vilalbés estrenó este domingo su casillero de victorias en A Magdalena ante el Céltiga. Un triunfo que le permite respirar "aliviado", tal y como repitió Simón Lamas al finalizar el encuentro, y retomar de nuevo el pulso de la competición.
El cambio de cromos en el banquillo parece que está empezando a surtir efecto. No solo porque el conjunto chairego rompió con la nefasta racha de nueve jornadas sin ganar, sino además por el cambio palpable de actitud de una plantilla que tiene capacidad para mucho más de lo que estaba dando hasta ahora. Aunque el resultado de este domingo es engañoso.
El partido fue mucho más igualado de lo que demuestra el marcador. Los dos equipos plantearon un modelo de juego muy parecido con un fútbol directo, con transiciones rápidas y buscando la sorpresa al contragolpe. Pero esta no llegó así.
La crónica completa, este lunes en la edición impresa de El Progreso.