La expulsión de Xavi Torres emborronó lo que hasta entonces era un buen partido del Lugo en La Romareda. Los de Rubén Albés salieron con la firme intención de recuperar su esencia, limpiar la mala imagen de las últimas semanas y sumar tres puntos que hubieran permitido superar al Zaragoza en la clasificación, pero con diez en la última media hora no pudo contener las ofensivas locales, pese al buen partido de Sebas Moyano y un remate al larguero de Antonetti, que este viernes disfrutó de sus primeros minutos con el primer equipo tras un gran año en el Polvorín.
Ninguno de los dos equipos se jugaban absolutamente nada en La Romareda, pero el orgullo, las ganas de cerrar la temporada con buen sabor de boca y, en el caso del Lugo, superar a su rival en la clasificación y elevar su techo de gasto de cara a la próxima campaña, fueron ingredientes más que suficientes para disfrutar de un primer tiempo entretenido.
El Lugo se mostró desde el inicio mucho más intenso, más metido en el partido y puso más sobre la balanza de la intensidad del juego en la primera mitad, siendo superior a un conjunto aragonés lánguido.
Los hombres de Rubén Albés, especialmente en el inicio del encuentro, tuvieron hasta tres ocasiones para haber inaugurado el marcador. La primera de ellas, de Sebas Moyano, la salvó un Cristian Álvarez muy inspirado y en las otras dos, de Chris Ramos y el propio Sebas Moyano, faltó precisión porque una se marchó fuera y la otra a las manos del meta argentino del conjunto blanquillo.
Por contra, el conjunto aragonés fue incapaz de llegar al área rival con un mínimo de peligro y su único disparo con intención se produjo en el minuto 41 por medio de Sabin Merino, que envió el balón cerca del larguero.
Los cambios en el descanso con la entrada de Iván Azón y de Valentín Vada le dieron más energía al conjunto maño, que tuvo una gran oportunidad en el minuto 53 con un remate de Sergio Bermejo que rozó el portero y acabó en el larguero.
Aún así el juego no subió demasiados enteros y el público, que había silbado notablemente a los suyos en el descanso, se entretuvo aplaudiendo, como si de un gol se tratase, la expulsión por roja directa –VAR mediante– de Xavi Torres y posteriormente le dio la mejor ovación de la noche a Dani Lasure, que no disputaba un partido oficial desde diciembre de 2020 debido a haber sufrido un cáncer.
Pero todavía quedaba por ver el gol único gol del partido, precedido por un gran envío del central Alejandro Francés a un Iván Azón que se internó en el área y dio el pase de la muerte a Vada para que este abriese el marcador.
Era el minuto 74 y, aunque el Lugo tuvo un par de oportunidades para haber empatado –en el 84 con un cabezazo al larguero del recién ingresado Leandro Antonetti y en el 87 con un disparo ajustado al poste de Jaume Cuéllar–, el luminoso ya no se movería más.
