El Polvorín empató este sábado sin goles ante el Paiosaco en un encuentro en el que el conjunto rojiblanco tuvo más ocasiones que su rival y expuso más, pero tampoco ofreció un juego muy brillante ni de continuidad ante un rival que mostró muy bien sus armas y dejó claro que es sorprendente que ocupe la última posición de la tabla, logrando que los locales se sintiesen incómodos en varias fases del choque.
Todo apuntaba a que el duelo en el campo de A Cheda iba a enfrentar a dos equipos que tiene planteamientos de juego realmente distintos y eso es lo que se vio. Un Polvorín más valiente, que buscó la meta rival y que arriesgó más, frente a un Paiosaco que apostó por la presión, la intensidad e intentar crear peligro a partir del robo de balón y el contragolpe.
La lesión antes del descanso de Chiqui marcó el encuentro, pues el jugador local fue el mejor del partido mientras pudo estar en el césped. De hecho, él fue el protagonista de las dos jugadas más importantes del primer periodo: la primera, al anotar un gol anulado por fuera de juego; y la segunda, al ser derribado en el área en un posible penalti que el colegiado prefirió no señalar.
Matías, Rayco y Morais, ya en la segunda parte, contaron con alguna llegada de peligro para marcar, pero no fueron capaces de culminar ninguna de ellas y así fueron pasando los minutos mientras el Paiosaco lograba mantener la igualada.
Los pupilos de José Durán tuvieron una última jugada en la que estuvieron realmente cerca de marcar, pero Cristian no acertó después de una buena pared con Rayco, certificando el empate sin goles.
