Vergüenza en el Villamarín: suspenden el derbi tras impactar una barra en Jordán

Un gol olímpico de Fekir había igualado el partido para el Betis después de que Papu Gómez adelantase al Sevilla cuando un aficionado lanzó un objeto contra el 8 sevillista
El centrocampista del Sevilla Joan Jordán, en el suelo tras recibir el impacto del objeto. JOSÉ MANUEL VIDAL (EFE)
photo_camera El centrocampista del Sevilla Joan Jordán, en el suelo tras recibir el impacto del objeto. JOSÉ MANUEL VIDAL (EFE)

El derbi entre el Betis y el Sevilla, de los octavos de final de la Copa del Rey, ha sido suspendido por el árbitro después de que a los 39 minutos del primer tiempo el sevillista Joan Jordán recibiera en su cabeza el impacto de una barra, al parecer de plástico, justo tras empatar a uno el equipo local, informaron ambos clubes y la Real Federación Española de Fútbol.

"Se suspende el partido de octavos de final de Copa del Rey entre el @RealBetis y el @SevillaFC. La RFEF condena todo acto de violencia en los terrenos de juego", publicó, poco antes de las once de la noche, la Federación Española en su cuenta de Twitter.

El incidente ocurrió nada más empatar a uno para el Betis el francés Nabil Fekir, a falta de 6 minutos para el descanso y en la celebración del gol por la hinchada local, cuando un palo lanzado desde la grada de Gol Sur del Benito Villamarín impactó en la cabeza de Jordán, quien se quedó sentado en el césped, algo aturdido.

 

Después de ocho minutos en los que el juego estuvo parado para atender al futbolista, y en medio de las conversaciones de los técnicos y jugadores de ambos equipos con el colegiado, el árbitro vasco Ricardo de Burgos Bengoechea, que estaba muy cerca de la acción, recogió el objeto lanzado desde dicho graderío.

El árbitro se lo entregó al delegado de campo y decidió que el partido quedara interrumpido cuando aún quedaban 6 minutos del primer tiempo.

A partir de ahí, los sevillistas se retiraron a los vestuarios y los jugadores béticos se quedaron sobre la banda del terreno de juego, mientras que en los videomarcadores se recordaba la necesidad del buen comportamiento en la grada y la prohibición de lanzar objetos durante el tiempo de espera.

Tres cuartos de hora después de la interrupción, y mientras los protagonistas y aficionados aguardan acontecimientos, el árbitro mantuvo conversaciones en los interiores del estadio bético con los técnicos y capitanes de los equipos y, seguidamente, adoptó la decisión de suspender el encuentro.

El bético Víctor Camarasa avivó aun más la polémica tras la suspensión del encuentro al culpar al entrenador del Sevilla, Julen Lopetegui, de incitar a Jordán a "marearse y tirarse al suelo". Al margen de eso, el centrocampista del Betis calificó el lanzamiento del objeto como "bochornoso e injustificable", defendiendo que el responsable de este acto "no representa a nuestra afición".

 

PARTIDO. Durante el tiempo que se jugó, el Betis, con una gran presión adelantada, tuvo mayor dominio en un primer tiempo en el que fue más incisivo en ataque e incluso estrelló un balón en un poste a los 9 minutos con un cabezazo del argentino Germán Pezzella en un córner.

Sin embargo, fue el Sevilla el que abrió el marcador con un gol desde la frontal del área del argentino Papu Gómez en el 35, tras un centro hacia atrás de Óliver Torres.

El 0-1 lo neutralizó cuatro minutos después el francés Nabil Fekir, que igualó el marcador con un gol olímpico, al marcar directamente desde el córner con la colaboración del joven meta sevillista Alfonso Pastor, lo que desencadenó los incidentes posteriores en la celebración del 1-1.

Tras la decisión arbitral, los jugadores del Betis se agruparon en el centro del terreno de juego y se despidieron de la afición verdiblanca, mientras que la mayoría de los seguidores fue evacuando el estadio tras conocer por la megafonía la suspensión del encuentro y entre gestos de desaprobación hacia la zona de la grada de Gol Sur, desde la que se arrojó al campo el objeto que impactó sobre Joan Jordán.

A este derbi copero asistieron unos 45.000 espectadores, al estar limitado el aforo del Villamarín a un máximo del 75 por ciento por las restricciones sanitarias, y entre ellos alrededor de 400 aficionados sevillistas, quienes, tras la suspensión, permanecieron en la zona acotada para el sector visitante a la espera de las instrucciones policiales.

Este Betis-Sevilla de los octavos de la Copa del Rey, que, como es habitual, había generado una gran expectación en la capital andaluza, había sido declarado de alto riesgo por la Comisión Antiviolencia.

Su dispositivo de seguridad supera las seiscientas personas, entre ellas cerca de 350 agentes de la Policía Nacional y el resto efectivos de Policía Local, Bomberos, Protección Civil, 061 y seguridad privada.

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