Roberto Fernández, sentimiento bajo palos

El expreparador de porteros del Lugo, indica que le hubiese gustado seguir en el club y destaca el futuro y la profesionalidad de los metas del primer equipo y de la base
Roberto Fernández, durante un partido con el Lugo. SEBAS SENANDE
photo_camera Roberto Fernández, durante un partido con el Lugo. SEBAS SENANDE

Tras cinco años en la disciplina lucense en la labor de guardameta y más tarde de preparador de porteros, el chantadés Roberto Fernández anunció hace unas semanas su salida del Lugo.

El que fuera portero de Celta, Spórting de Gijón, Osasuna y Granada quiso colgar los guantes en el equipo de su tierra, el Lugo. Después de tres temporadas guardando la portería del Ángel Carro, decidió dar un paso al lado y desempeñar su carrera como preparador. A sus órdenes, grandes metas como Juan Carlos o Ander Cantero se erigieron como la segunda muralla de la ciudad sobre el césped lucense. Ahora, tras cinco años vinculado al Lugo, Roberto Fernández emprende un viaje en busca de nuevos retos.

El lucense valora su etapa como jugador pero sobre todo destaca irse «muy satisfecho» con su trabajo como preparador.

"Como jugador quise dar mi máximo nivel pero por lesiones y pequeños problemas no lo pude alcanzar, pero sí me voy muy contento con mi trabajo como preparador de porteros. Juan Carlos la pasada temporada rindió muy bien, Varo es un guardameta con mucho futuro y Cantero tiene grandes condiciones. Estoy seguro que va a dar muchas alegrías al club o va a ser un jugador apetecible para el mercado", indica Roberto.

La salida del chantadino del cuadro rojiblanco sorprendió a gran parte de la afición lucense. El guardameta estaba muy cómodo en el club pero indica que "hay etapas que se terminan por distintos motivos" y que la llegada de una nueva dirección deportiva supuso cambios internos.

"He sido muy feliz en el Lugo y estoy seguro de que hubiera seguido siéndolo. Me he sentido muy valorado por todo el mundo y hemos congeniado muy bien. La dedicación hacia el club ha sido máxima, hemos conseguido los objetivos durante estos cinco años y este cambio en la dirección deportiva ha propiciado que termine esta vinculación", explica un Roberto que denota una pizca de tristeza en sus palabras por abandonar el club de su tierra.

"En el fútbol nada sorprende. Me gustaba que los porteros crecieran y me gustaría seguir ayudando en eso. A veces ahí hay distintas opiniones y con el nuevo cambio en la dirección deportiva hemos decidido poner fin a esta temporada", añade el portero de Chantada.

REESTRUCURACIÓN. Kiko Corredoira, José Durán o el propio Roberto han dejado al club casi huérfano de lucenses en el área deportiva. El guardameta reconoce que los tres sienten el escudo y seguirán "sufriendo junto al Lugo desde la distancia".

"Me llevo el cariño de la gente, respeto y profesionalidad. Mi dedicación estos años ha sido máxima y me he sentido recompensado por mucha gente que ha valorado mi trabajo. Para mí ha sido increíble colgar los guantes en el club de mi provincia. Tanto Kiko como Durán son grandísimos profesionales. Seguiremos sufriendo junto al Lugo desde la distancia", indica Roberto.

FUTURO. La gran pasión de Roberto Fernández es trabajar y formar a porteros. Aunque reconoce el interés de varios clubes por sus servicios, no descarta dar el paso para ser primer entrenador.

"Voy a esperar alguna oportunidad, pero no voy a tener prisa en escoger. Quiero un proyecto que me ilusione. Sea este año o el que viene pretendo seguir como preparador de porteros, pero no descarto en un futuro poder entrenar, me gusta mucho y tengo los títulos necesarios", comenta el jugador sobre su futuro.

Lo que tiene claro es que le gustaría quedarse cerca de casa y descarta probar suerte en ligas extranjeras.

PORTEROS DEL FILIAL. El lucense reconoce que una de sus grandes recompensas a nivel personal es ver la progresión que han tenido los guardametas del filial e indica que el Lugo tiene un buen futuro bajo los palos, aunque deja entrever que se debería de haber apostado por más por gente de la casa.

"La idea de la base con los porteros la teníamos muy clara. Pablo Cacharrón era en su momento una apuesta de futuro aunque por distintos motivos tuvo que salir del club. Era una de mis apuestas personales, es muy dificil encontrar a su edad un portero de ese nivel. Ángel tiene una oportunidad única esta temporada, tiene unas grandes condiciones y debe seguir creciendo. Julen es lucense, tiene sentimiento de club, tenía grandes condiciones y con su trabajo y dedicación creo que ha ido cambiando técnicamente y le veo un gran futuro. Ojalá podamos tener gente de la casa en la portería del Lugo", indica un Roberto Fernández que en cada palabra denota el cariño que tiene por sus pupilos.

Todos han crecido a su cargo estos dos últimos años y dentro de varias temporadas se comprobarán los frutos de su legado.

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