"Más que conducir bien, tratas de anticiparte al constante peligro"

▶ Sobre todo una carrera de supervivencia. Puro Dakar en su esencia. Peligro constante y numerosos percances, en el coche y en el camino. Así define su experiencia en la carrera más dura del mundo el ex campeón de España, que ante la dureza extrema se plantea si volverá en 2024
Sergio Vallejo
photo_camera Sergio Vallejo durante la presentación del equipo en el que corrió en enero el Dakar 2023

TODO UN RETO. El peligro te acosa en cualquier recodo. El Dakar 2023, especialmente pródigo en accidentes, marcará para bien o para mal en el futuro a Sergio Vallejo, que por fin se lanzó a la aventura que supone competir por el desierto de Arabia Saudí al lado de su copiloto, el también gallego Mario Tomé. El lobo de Meira reflexiona en esta entrevista sobre lo que es y puede ser la carrera más dura del planeta.

¿Cómo definiría esta primera experiencia en el Dakar?

Dura, y no por no estar preparado y avisado de ello sino por los problemas de la primera etapa con los pinchazos. Eso nos retrasó haciéndonos salir a cada etapa detrás de muchos coches y camiones y encontrar la pista muy degradada.

El debut fue muy accidentado, en general lo fue en toda la primera semana. De hecho el primer día se encuentra con el corre destrozado de su hermano (Diego Vallejo). ¿Sabía que podía ocurrir pero cómo se gestiona estando allí?

Siempre que Diego y yo corremos en el mismo rally en coches distintos, tengo esa cierta preocupación de saber cómo le va. Fue desagradable encontrarle con el coche destrozado. Al menos me quedé tranquilo al verle bien.

Ha celebrado hace unos días su cumpleaños llegando entero a la etapa de descanso. ¿Cómo fue ese día?

Uno de los días buenos. Salimos sin el sistema de auto hinchado, y en esa etapa, que alternada dunas y pistas llenas de piedras, nos obligó a bajarnos cada vez para variar las presiones manualmente. En estos neumáticos que llevan tanto aire, te lleva sobre cinco minutos cada operación. Pero el coche iba perfecto, lo cual es de agradecer a nuestros mecánicos por su trabajo cada noche. Me hizo ilusión la celebración que me prepararon en el equipo. Aunque me dio algo de corte, siempre se agradece.

Habla de todo tipo de incidentes y, en su caso, señala que casi le atropella un camión. ¿Qué ocurrió?

Eso fue en la cuarta etapa, en la que se nos acumularon los problemas. El primero, quedarnos sin frenos nada más empezar. Se rompió un latiguillo y tuvimos que anular los frenos traseros. Más adelante empezó a fallar algo de la electrónica y se nos paró en el peor sitio, pues era un paso estrecho por donde teníamos que pasar todos y nos obligó a desviar a los que venían detrás. Todos fueron pasando, hasta que un camión no me hizo ni caso. Casi me atropella. Además, con su rueda trasera golpeó nuestro coche, rompiendo el alerón y el pontón trasero, de carbono, que no es precisamente barato. Después de una hora y de tocar todos los enchufes de bobinas, sensores y tal, de repente arrancó. Hacia el final de etapa también se soltó la caña de dirección. Suerte que íbamos despacio por lo de los frenos y de que no había nada de frente y pudimos parar sin chocar contra nada.

¿Como definiría la conducción en este Dakar 2023? ¿Es como la esperaba? ¿Más dura aún?

En el aspecto físico me encontré fenomenal. Mejor de lo esperado. En cuanto a la técnica, más que conducir bien se trata de anticiparte a los peligros constantes y tener margen para reaccionar, esquivar las piedras, los cortes de las dunas o las fuertes compresiones. A veces te libras del accidente por los pelos y otras muchas castigas la mecánica más de la cuenta. Diría que se trata más de psicología que conducción en sí misma o, mejor dicho, es fundamental la labor del copiloto. En ese sentido quiero mencionar lo bien que estuvo Mario Tomé. Es cierto que nos faltaba experiencia a los dos, pero me hubiera gustado ayudarle más, pero era todo demasiado nuevo y nos costó un par de días adaptarnos a la comunicación entre los dos. Lo bueno es que dada nuestra amistad, todo se lleva mejor.

¿Qué es lo que más le ha sorprendido del Dakar?

Los peligros constantes que no están marcados en el libro de ruta. A veces destacan peligros que no lo son tanto y otras al revés, eso te crea incertidumbre y tensión.

¿Qué ha aprendido para futuras experiencias? ¿Qué errores no cometería?

Aprendí a marchas forzadas multitud de cosas. De lo que más me arrepiento es de no haber preparado el coche para la etapa prólogo, porque esa clasificación decidía el puesto de salida a la larga primera etapa. Esta era una especial muy corta, de solo 12 kilómetros y de pura conducción. Me refiero a lo que en el argot llamamos ‘setup’ y que no es más que adaptar el coche a un terreno y distancia específicos. Pude haber bajado la altura al suelo, suspensiones más duras y a la vez haber salido con 200 kilos menos, 150 litros de gasolina que llevábamos de más y las piezas de recambio ya instaladas en el coche para las etapas largas. Sólo con el peso podríamos haber sido mucho más rápidos y salir a la primera etapa más adelante. Pero es pasado y me servirá de experiencia si algún día vuelvo.

Pese a las sanciones tempranas y la experiencia… ¿volverá?

Ahora mismo estoy muy desgastado de los meses previos buscando los patrocinios y ayudas para cubrir el presupuesto. Tengo que agradecer a Leche Rio su apoyo y a Patatas Hijolusa como principales sponsors, así como a las instituciones, en especial la vicepresidencia de la Diputacion de Lugo, Xunta de Galicia y Concello de Lugo. Pero también a los amigos que me ayudaron, como Nasauto Detail, Frisaqués, Turini… e incluso algunos que me ayudaron aún sin figurar en el coche. Estoy muy agradecido a todos por acompañarme. Era un sueño y lo conseguí gracias a ellos y me gustaría que tuviese continuidad. Pero no sé si me veré con fuerzas para volver a intentarlo. Ya veremos.

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