"Galicia es un lujo para La Vuelta Ciclista"

El director general de La Vuelta destaca la importancia de Galicia en la ronda española
Javier Guillén en entrevista a Diario de Pontevedra.
photo_camera Javier Guillén en entrevista a Diario de Pontevedra.

GALICIA VUELVE a ser protagonista de la Vuelta Ciclista a España, algo que en el último lustro no es novedad, porque la ‘ronda roja’ mantiene su particular idilio con una tierra que "nos aporta lo que queremos y eso es importante, porque en otros lugares no lo encontramos". El que habla así es el director general de la carrera, Javier Guillén. 

¿Y qué es lo que quiere La Vuelta?: "El cariño del público, porque lo que hacemos siempre es lo mismo. El organizador traza un recorrido, pone unos recursos, los elementos deportivos, la seguridad, la promoción... pero la diferencia de una zona a otra es la gente que hay en la calle y eso en Galicia está garantizado y en una dimensión mayúscula. La Vuelta tiene que ir donde es querida y en Galicia se le quiere", explica con claridad Javier Guillén en el transcurso del Foro HQR!, organizado por Diario de Pontevedra, en el que a menos de tres meses del comienzo de la 71 edición de la ronda hace un profundo y detallado repaso de la actualidad del ciclismo y, especialmente, de la relación que mantienen ‘su’ prueba y Galicia porque está convencido de que "siempre que hacemos cosas en Galicia tengo la sensación de que son pocas. Aquí lo encontramos todo", por ello tiene claro que "siempre que se nos pida estar, estaremos. Cuando venimos, lo hacemos porque nuestro producto se enriquece".

Javier Guillén: "Galicia es el territorio de España que mejor aprovecha La Vuelta" 

La relación Galicia-Vuelta no es por cualquier cosa, sino porque Guillén está convencido de que la carrera halla aquí cosas que no hay en otros sitios. "Insistimos tanto porque es el territorio de España que mejor aprovecha La Vuelta". Además cree que el auge de la carrera va estrechamente vinculado a esta zona: "Hemos aprendido mucho aquí". 

En ese aprendizaje el directivo de ASO (empresa que desde 2012 tiene el cien por cien de Unipúblic) recalca que "hemos aprendido cómo se trabaja con todos los pueblos de una etapa y no solo con el de la llegada y el de comienzo". También a "sacar gente a la calle y cómo los ayuntamientos pueden hacer del recurso de La Vuelta cualquier excusa para introducir un elemento de satisfacción y orgullo de su gente". 

APUESTA. El relato de beneficios lo termina Guillén aseverando que "con La Vuelta en Galicia hacemos país. Los gallegos se sienten orgullosos de La Vuelta porque a través de ella se sienten orgullosos de Galicia. Lo digo de verdad". 

Coincidiendo son su llegada a la dirección general, La Vuelta ha tratado de cuidar su producto, una circunstancia que facilita Galicia que "nos da la posibilidad de adornar el producto y no podemos olvidarnos de que el ciclismo profesional es un producto audiovisual. Para nosotros, la primera semana es muy importante, porque es cuando la gente se te suma. Los gallegos son los que mejor aprovechan La Vuelta", explica el director de la carrera.

"Los gallegos se sienten orgullosos de La Vuelta porque a través de ella se sienten orgullosos de Galicia" 

Desde 2011 La Vuelta comenzó una vez en Galicia (2013), terminó otra (2014) y ha tenido etapas de todas las características. A pesar de ese amplio bagaje, Guillén cree que todavía quedan cosas por hacer. "Nos queda por descubrir la montaña de Ourense, insistir en la zona de Ancares por cualquiera de sus vertientes: me refiero a Peña Trevinca, apostar más por Manzaneda o por territorios desconocidos y muy quebrados. También a la zona de Lugo». 

Y en la relación de futuribles, el director general tiene marcado en rojo en su libreta el Lago de Castiñeiras. "Algún año tenemos que hacerlo. Es un paraje precioso y de su subida me han hablado mucho". 

Sobre la próxima edición de La Vuelta, Javier Guillén espera que la clave "no esté en la primera semana. Lo digo en Galicia y ante gallegos, porque sería perjudicial para nosotros. El tercer fin de semana será muy decisivo y luego hay una etapa en Castellón que tiene una llegada muy dura. Son cuatro kilómetros (se refiere al final en Mas de la Costa) muy exigentes y desconocidos".

EN EL PELOTÓN ciclista se dice que un recorrido de una carrera es como un melón, que hasta que los ciclista lo afrontan no saben cómo va funcionar, aunque siempre hay pistas y antecedentes. Más en el caso de La Vuelta, que en los últimos años ha apostado claramente por un determinado modelo que su director general defiende a capa y espada, aunque "el organizador dispone, son los ciclistas los que deciden". 

"El recorrido está hecho de tal manera que lo que puedas perder en una etapa, lo puedas recuperar en la siguiente. Nadie se puede dar por vencido hasta el final. No tengo miedo a romper la carrera al principio, pero aquí la clave son los ciclistas. Ellos son los que hacen duro un trazado". 

A pesar de que el recorrido de la edición que comenzará el 20 de agosto en la provincia de Ourense mantiene la filosofía de las últimas ediciones, "otros años estaba más enfocado al espectáculo deportivo, porque miraba mucho al público, y ahora hemos logrado hacer algo muy importante, que es cuidar todavía más a los ciclistas, por lo que hemos evitado traslados sin perder un gramo de la esencia de La Vuelta, que son finales en altos". 

Para él, es absolutamente vital apostar por los finales en alto y "lo hacemos desde el principio y eso es algo que me preocupa mucho porque en la tercera etapa ya hay un final en alto con la meta en Ézaro y en la primera semana, además de San Andrés de Teixido, está La Camperona, Naranco y Lagos".

"Algún año tenemos que hacer el Lago de Castiñeiras. Es un paraje precioso y de su subida me han hablado mucho"

El modelo del que habla Guillén apuesta por el espectáculo desde la primera etapa, porque el interés "se mide en el recorrido y nosotros necesitamos variedad. Creo que La Vuelta es la carrera más distinta en cuanto a la propuesta deportiva. No estamos en un esquema de muchos sprints al principio, después media montaña y finalmente alta montaña. Nosotros lo combinamos todo". 

En la apuesta por un recorrido variado Galicia es un ejemplo porque "en siete etapas hacemos siete cosas distintas. La primera es una crono por equipos, la segunda llega a las Rías Baixas con toda la magia que nos da la fuerza del mar, porque el mar vende mucho, y muy bien, en la televisión. Después llegamos a Ézaro, un muro de dos kilómetros que es un auténtico espectáculo paisajístico y deportivo. Después está San Andrés de Teixido, que no será tan selectiva como el día anterior, pero la subida es más larga. En Lugo, probablemente, habrá llegada al esprint". Además, está convencido de que "el recorrido de la Ribeira Sacra será una auténtica sorpresa". 

En Galicia, serán siete etapas porque "dentro de la Vuelta a España hacemos nuestra propia Vuelta a Galicia con una variedad brutal. Lo importante es que el espectador no vea todos los días lo mismo y eso sí que te lo da Galicia. Hay otras comunidades en las que solo puede haber una determinada cosa, pero en Galicia no".

A pesar de que desde el principio habrá dureza, no se muestra preocupado porque la carrera se resuelva pronto ya que "la experiencia nos dice que no. Las metas en alto que hay, salvo la de Lagos (Covadonga), no deben definir ninguna etapa y, al final, la dureza la ponen los corredores. Si en 2015 no se dio esa circunstancia cuando hubo, a mitad de carrera, una etapa como la de Andorra con seis puertos en 130 kilómetros creemos que este año tampoco se producirá". 

ESPECTÁCULO. Una de las apuestas de La Vuelta son sus salidas. Desde 2009, los corredores han salido desde una batea (Vilanova de Arousa), desde una fuente (Jerez), desde un espigón (Marbella) o por la noche (Sevilla). De la de este año se sabe que será en el balneario de Laias (Ourense), pero poco más, aunque avisa que "será una salida muy termal. Queremos casarnos con el agua y que sea un elemento estético, pero no pasivo. O bien en la salida o en la llegada el agua va a tener una presencia vertical, no solo horizontal". 

Javier Guillén se muestra orgulloso del modelo que exhibe La Vuelta, pero no cree que esté siendo un ejemplo para los demás organizadores. "Lo que hacemos es tomar nota de lo que funciona. Nos guste o no, el ciclismo básicamente es una cosa: épica. Todas la personas con las que hablas, lo que recuerdan son gestas. No recuerdan el mejor esprint, el mejor técnicamente o el que tenía la mejor bicicleta. Recuerda: épica interpretada desde muchas maneras. Puede ser desde el sufrimiento, por hacer algo imposible o por ganar cinco Tours seguidos, como Miguel Induráin".

" Galicia nos da la posibilidad de adornar el producto y no podemos olvidarnos de que el ciclismo profesional es un producto audiovisual"

Defiende la filosofía actual de La Vuelta porque para él el ciclismo es épica "y la encuentras en la montaña. Subir Ézaro sin poner el pie en el suelo me parece épico. Eso no lo hace cualquiera. Entre una llegada al esprint y una en rampa, la gente prefiere la segunda y entre una en rampa y una de montaña, prefiere la de montaña. Lo que hacemos es aprovechar los recursos geográficos del país. Si España fuera Holanda, no podríamos hacer lo que hacemos. Lo hacemos porque lo tenemos y porque al público le gusta. Que las demás carreras lo hagan es simplemente potenciar lo obvio". 

Esa apuesta significó una considerable reducción del kilometraje de las etapas y hacer recorridos monopuertos. Guillén respeta lo que se hacen otras ‘grandes’, pero hace hincapié en que La Vuelta se celebra al final de temporada.

"Subir Ézaro sin poner el pie en el suelo me parece épico porque eso no lo hace cualquiera, por eso el ciclismo es épica"

"Yo no pondría etapas más duras porque tengo que tener en cuenta el calendario. La Vuelta está al final de temporada. El Giro puede hacer lo que hace porque se celebra en mayo. Nosotros no lo hacemos porque no podamos, sino porque creemos que debemos tener otro modelo. La etapa de Fancia (Urdax-Aubisque) tiene cinco puertos de montaña y un desnivel de 5.200 metros, que son 200 menos que la etapa reina del Giro y son cien más que la del año pasado en Andorra. No solo tenemos Pirineos. Esa opción la encontramos en Alicante, en Asturias... Y en Galicia no puedes hacer una de cinco puertos, pero sí de cinco mil metros de desnivel e incluso de seis mil. La dureza la tienes, pero cada vuelta tiene su filosofía" 

Uno de los principales cambios de La Vuelta ha sido cuidar su producto porque "no olvidamos que estamos en la televisión y debemos ser muy cuidadosos con lo que hacemos. Un claro ejemplo de trabajo bien hecho es el Tour de Francia. Tenemos que ser capaces de enseñar cosas bonitas, que complementen la carrera y que, incluso, a veces, la sustituyan porque no siempre el elemento deportivo es bonito. Nosotros vivimos de la audiencia".

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