El Real Madrid accedió a octavos de final de la Copa del Rey tras superar el sufrimiento de Las Pistas, en un duelo con condiciones adversas ante el Unionistas por el estado del terreno de juego y la baja temperatura, que decidió un tanto de Gareth Bale, otro en propia puerta de Góngora y un gol final de Brahim que acabó con el sueño local.
El Real Madrid se amparó en las paradas de Alphonse Areola para salvar su triunfo en Salamanca. Se adelantó en el marcador a los 18 minutos, cuando el galés Gareth Bale marcó un tanto que se le resistía desde el 1 de septiembre y que no celebró.
La lucha del Unionistas le acabó dando el premio del empate en la segunda parte, en la que hizo sufrir al conjunto madridista. Álvaro Romero colocó un balón en una escuadra nada más entrar al terreno de juego a los 58 minutos, pero tardó cuatro en reaccionar el equipo de Zinedine Zidane y Brahim enganchó un remate que metió en su portería Góngora.
Con la entrada de Isco, se instaló la tranquilidad en el Real Madrid al final, cuando Brahim se reivindicó con un gran gol que cerró el partido.
Real Madrid: Areola, Carvajal, Nacho, Militao, Marcelo, Casemiro, Valverde, James (Isco, m.80), Bale (Brahim, m.52), Vinicius y Benzema (Jovic, m.75).
Goles: 0-1, m.18: Bale. 1-1, m.58: Álvaro Romero. 1-2, m.62: Góngora en propia puerta. 1-3, m.92: Brahim.
Árbitro: Melero López (colegio andaluz). Amonestó a Álvaro Romero (m.68) por Unionistas.
Incidencias: Encuentro correspondiente a los dieciseisavos de final de la Copa del Rey disputado en Las Pistas del Helmántico ante 4.000 espectadores.
Es el mismo himno que se sigue oyendo en el estadio Helmántico cada domingo que juega el otro equipo de la ciudad castellana, el Salamanca UDS, lo que demuestra el nivel de las rencillas entre los dos equipos salmantinos: tienen rotas las relaciones, pero cantan el mismo himno. Es una de las escasas coincidencias entre ambas entidades.
En el campo del Unionistas, este miércoles la fiesta fue total, tanto antes de iniciarse el partido como durante la primera parte, aunque el resultado podía dar igual ya que el premio ya estaba logrado: un Real Madrid en las Pistas. Cada jugada, cada aproximación de los jugadores salmantinos era acompañada por aplausos; cada caída de un jugador local era silbada. Y siempre se oyó un 'sí se puede'.